No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, mas bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de nuestro control las que nos condicionan.


Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto, tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre, influyen factores que a veces se escapan a nuestro control, sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean limitaciones personales, problemas de relación, etc.


Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos representan un problema, en mayor o menor medida. En algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.


Recuerda que:


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamin Franklin

martes, 29 de marzo de 2011

LA FELICIDAD ¿EN QUÉ CONSISTE?


Hace algún tiempo al preguntar a un amigo entrado en los sesenta si era feliz, me contestó “El concepto feliz es tan poco frecuente como efímero cuando raramente se produce. La felicidad no debe ser una meta en absoluto y si lo fuere tienes un problema”
Esta respuesta demuestra el desconcierto que produce esta palabra y lo complicado que resulta encontrarla. Tal vez nos ayudaría saber qué entendemos por felicidad. Encontramos múltiples definiciones de la misma, desde la filosofía, la religión y la ciencia.

Para algunos, la felicidad es un estado de ánimo que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado la meta deseada y que dota a la personalidad de quien la posee de un enfoque del medio positivo y de un estado de paz interior que le estimula a conquistar  nuevas metas.

Ciertos autores del Nuevo Pensamiento, consideran a la felicidad una actitud mental que el hombre puede asumir de manera consciente, es decir una decisión, la argumentan por el hecho que el hombre haya buscado muchas formas de encontrar esa felicidad en muchos aspectos, a pesar de lo cual, parece esquiva para la mayoría.

Según las religiones teístas la felicidad solo se logra en unión con Dios.

Aún para otros la felicidad es una de las emociones y estados que experimentamos los seres humanos en esta vida y está asociada con una sensación de plenitud, alegría, goce y realización.
Como todas las emociones, la felicidad tiene una explicación fisiológica, es el resultado de una actividad neural, en la cual los factores internos y externos interactúan mutuamente estimulando el sistema límbico (el tálamo el hipotálamo, hipocampo, amígdala cerebral, séptum, cuerpo calloso y mesencéfalo) que da respuesta a los estímulos emocionales que lo requieran.
¿Qué determina la felicidad?

La investigadora y profesora de psicología Sonja Lyubomirsky estudia científicamente desde hace más de 20 años en qué consiste la felicidad y cómo desarrollarla, en su libro “La Ciencia de la Felicidad” indica que la felicidad está determinada en un 50% genéticamente, otro 10% está determinada por las circunstancias (riqueza, pareja, salud) y el 40% restante es voluntario, depende de nosotros.

No podemos cambiar nuestros genes, tampoco podemos determinar las circunstancias que nos toquen vivir pero podemos hacer mucho por nuestra felicidad en ese 40% restante.

¿Qué nos hace felices?

La felicidad no es igual para todos, porque todos los seres humanos somos únicos e irrepetibles y cada uno tenemos diferentes ambiciones y metas en la vida. De esto se desprende que la felicidad es un proceso interno que dependerá de los ideales que tengamos y las metas que nos hayamos propuesto. Sin embargo, la felicidad no solo dependerá de estas metas o ideales, las pequeñas cosas del día a día, contribuirán a hacernos más o menos felices.

También tiene mucho que ver con nuestra actitud hacia los problemas y las preocupaciones, tener una actitud positiva y esperanza continúa ayudará, en contraste con una actitud pesimista y desesperanzada que nos restará posibilidades de alcanzarla.

A veces confundimos la felicidad con el bienestar, pero el disponer de bienes materiales y tener vidas cómodas, no siempre nos hace ser más felices, ¿se puede ser feliz en medio de una tormenta y con muy pocos recursos?, por supuesto, algunos lo son. Esto demuestra que la felicidad consiste en más que en la ausencia de dificultades y en disponer de estabilidad y seguridad. La felicidad tiene mucho más que ver con el vacío o la plenitud de nuestras vidas.

El compartir con otros y el sentido de logro aporta bastante felicidad en nuestras vidas.

¿Quiénes son más felices los jóvenes o los mayores?

Es curioso que los estudios objetivos aseguren  que la felicidad aumenta con la edad mientras que la experiencia popular dice todo lo contrario.
Según un estudio de Heather Lacey y su equipo, del Centro para las Ciencias Conductuales y de la Decisión en Medicina de Ann Arbor, en Estados Unidos, en el que comparaban la sensación de felicidad de 273 jóvenes adultos, con una media de 31 años de edad, con la de 269 ancianos con una edad media de 68 años.

Con los años disminuyen las sensaciones negativas y aumentan las positivas y crece la satisfacción vital.

Abundando en las distinas consideraciones de la felicidad mencionadas, dejo unas frases dispares de personajes de distintas épocas y procedencias.

 “La felicidad consiste principalmente en conformarse con la suerte, es querer ser lo que uno es” Erasmo de Rotterdam

“Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace” Jean Paul Sartre

“El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida que necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia”  Woody Allen

“Existen dos maneras de conseguir la felicidad, una hacerse el idiota y la otra serlo” Sigmund Freud

“Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas, un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna” Groucho Marx

miércoles, 2 de marzo de 2011

LISTO O INTELIGENTE ¿QUÉ PREFIERES SER?

La mayoría llamamos listo al que tiene éxito en la vida, tiene suerte, consigue lo que desea, curiosamente muchos de estos hombres y mujeres, no han tenido un historial académico brillante.
El listo es rápido, práctico, capaz de resolver los problemas sobre la marcha, sabe qué hacer en cada momento. No pierde el tiempo en análisis excesivos, si no que actúa rápidamente, porque lo que realmente busca son resultados lo antes posible. Se trata por tanto de disponer de la información necesaria para tomar una decisión, no de toda la información.
El inteligente tiene más información, dispone de más cultura, es más profundo, analiza más los datos disponibles, lo que hace que sus decisiones sean más reflexivas y lentas. Tiene un componente más intelectual y de estudio. El inteligente puede saber muchas cosas y recrearse en el conocimiento que tiene y en todo lo que esto le aporta, pero puede costarle manejar situaciones difíciles.
No cabe duda que todos disponemos de inteligencia en mayor o menor grado, los considerados listos y los inteligentes. Podemos definir la inteligencia como la capacidad que tiene el cerebro humano para procesar la información que recibe del exterior y a su vez la capacidad de recoger esta información del mundo que le rodea. La inteligencia implica habilidad para razonar, planificar, resolver problemas, incluye pensamiento abstracto, permite comprender ideas, aprender, etc.
En un intento por medir la inteligencia, se han desarrollado instrumentos como los test algunos de estos test ofrecen una única medida, un factor general de inteligencia (o factor G), otros test permiten estimar varias medidas independientes correspondientes a los distintos tipos de inteligencia.
Los test para evaluar el cociente intelectual (CI) fueron empleados originalmente para predecir el rendimiento escolar, según estos test, la mayoría de la población estan entre 80 y 120, la media de la población será del 100, entre 120/130 se consideran brillantes y a partir de 130 serán superdotados, alrededor de un 2% de la población tiene un cociente por encima de 130.
Sin embargo, más allá del Cociente Intelectual que mide la inteligencia académica, en las últimas décadas del siglo XX se han propuesto varias teorías sobre la inteligencia.
Robert J. Sternberg en su Teoría triárquica de la inteligencia estableció tres categorías para describir la inteligencia: la analítica, la creativa y la práctica.
Howard Gardner como creador de la Teoría de las inteligencias múltiples propuso las siguientes: la lingüística, la lógica-matemática, la musical, la espacial, la corporal-cenestésica, la intrapersonal, la interpersonal.
Daniel Goleman,  da una gran importancia a la inteligencia emocional,  la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para combinar cabeza y corazón.
¿Qué contribuye e influye en el desarrollo de la inteligencia?
Se trata de una combinación de factores hereditarios, biológicos y ambientales. El entorno del individuo es crucial para el desarrollo de la inteligencia, también  el medio sociocultural contribuye al desarrollo intelectual de una persona, es decir un individuo que crezca en un ambiente con estímulos cognitivos adecuados, podrá desarrollar unas aptitudes intelectuales mayores en comparación con un individuo que crezca en un ambiente con  pocos estímulos. La educación, motivación y hábitos saludables también influirán en el desarrollo intelectual de la persona. Desde que nacemos y hasta los seis años, nuestra estructura cerebral continúa formándose y reforzándose, de ahí la importancia de que los niños reciban los estímulos adecuados pronto.
Aunque siempre se ha considerado la inteligencia un rasgo inmutable, Suzanne M. Jaeggi, profesora de post-doctorado en Psicología en la Universidad de Michigan según un último estudio realizado comenta que los resultados muestran que si se puede aumentar la inteligencia con el entrenamiento adecuado.
El tener un alto CI no garantiza la felicidad. Muchos de los grandes genios de la humanidad, como Einstein, Picasso, Nietzsche, Mozart aportaron mucho en diferentes campos del arte o el saber, pero tuvieron vidas irregulares y no demasiado felices.
La inteligencia para la vida consiste en ser capaz de gestionar bien nuestra propia trayectoria, no importa en qué aspectos eres más brillante y estás más dotado, si no dispones del talento de saber vivir, tendrás una vida vacía.
Respondiendo a la pregunta del principio ¿qué es mejor ser listo o inteligente? podríamos decir que dependerá de en qué circunstancia. Lo más positivo sería tener una buena ecuación entre ellas, algo que no resulta fácil.

Psicología para el día a día