No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, mas bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de nuestro control las que nos condicionan.


Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto, tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre, influyen factores que a veces se escapan a nuestro control, sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean limitaciones personales, problemas de relación, etc.


Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos representan un problema, en mayor o menor medida. En algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.


Recuerda que:


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamin Franklin

jueves, 31 de mayo de 2012

JUBILACIÓN ¿QUÉ HACER?

Manuel lleva casi 40 años trabajando en una constructora, ha ido ascendiendo con el paso del tiempo, ahora tiene un puesto directivo, todos sus recuerdos están unidos a su empresa, su primer viaje al extranjero, cursos de formación, el nacimiento de su hijo, las vacaciones de verano, la última restructuración de personal... en apenas seis meses será un jubilado, está cansado, lleva tanto tiempo esperando este momento … pero ahora se siente incomodo, inseguro ¿qué hará? ¿cómo ocupará todo el tiempo que antes dedicaba al trabajo? y su estatus ¿se verá perjudicado?.

La población europea está envejeciendo, en el año 2000 el 25% de la población era mayor de 60 años. En España en 2010 había casi 5,5 millones de jubilados y esta cifra seguirá aumentando en las próximas décadas hasta el 60% en 2060.

¿Es lo mismo vejez y jubilación? hace algunos años se pensaba que ambas estaban muy relacionadas, afortunadamente hoy día el aumento de la esperanza de vida y la mejora de las condiciones de vida, en todos los sentidos, hace que se vea de forma diferente.

Para algunos, la jubilación resulta una caída brusca, un salto al vacío para el que no se han preparado. Entre los principales miedos a los que se enfrentan estarían, la pérdida del rol profesional, la disminución de ingresos, la pérdida del estatus social, un menor reconocimiento, menos oportunidades de contacto social.

Como en todos los cambios de actividad o situación, se requieren entre seis meses y un año de adaptación, no cabe duda de que sea un reto, un momento de riesgos pero también de oportunidades. La manera de afrontar la jubilación variará de unas personas a otras en función de muchos factores individuales, algunos serían:

El género y estado civil, los hombres suelen llevarlo peor, las mujeres están más acostumbradas a compaginar tareas, trabajo con quehaceres domésticos. Los casados suelen adaptarse mejor.

Aficiones/apoyo social, para aquellos que su vida era el trabajo, les resultará mucho más difícil llenar el tiempo disponible. Para quienes disponen de una red social, amigos, grupos, asociaciones, etc. Será más fácil la transición.

El tipo de trabajo/nivel cultural, los que han realizado un trabajo físico fuerte estarán cansados y deseando jubilarse, mientras que para los que han realizado trabajos intelectuales, la jubilación llega en un momento de plenitud y máxima experiencia y sabiduría. Asimismo a mayor nivel cultural se disponen de más recursos de afrontamiento.

Cómo ha sido la jubilación/ingresos, si ha sido forzosa, inesperada o elegida y ha llegado de manera natural. ¿Tendrá ingresos suficientes para mantener un nivel de vida similar?

Salud y personalidad. ¿Disfruta de buena salud? ¿Es introvertido o extrovertido?, la salud que tendrá a partir de ese momento estará relacionada con la que haya tenido antes, respecto a personalidad, también se mantendrá estable en esa etapa.

El tipo de relaciones familiares y sociales que tenga, algunos aparcaron a sus familias durante años, la relación se limitaba a pequeños encuentros a última hora del día sin apenas nada qué decir. Ahora tienen que construir su vida de nuevo, se van a ver frente a sus parejas con mucho tiempo por delante.

¿Qué hacer para disfrutar de la jubilación?


Primero prepararse, anticiparnos mentalmente a ese momento, incluso puede ir haciendo algunos cambios en sus rutinas, añadiendo nuevas actividades e intereses, pensar en qué actividades le gustaría hacer, qué lugares conocer, que querría aprender.

Durante décadas de nuestra vida, la necesidad de sustentarnos económicamente con el trabajo, nos ha obligado a respetar el tiempo y someternos a él, ha hecho que tengamos que mantener una rutina férrea, levantarnos temprano, realizar unas tareas dentro de unos tiempos marcados … todo programado, sin muchas posibilidades de cambio. La jubilación puede ser una oportunidad para elegir por uno mismo, marcando el ritmo propio, siendo libre para decidir qué quiere hacer, cómo quiere hacerlo y cuándo.

Es muy importante mantenerse activo, física y mentalmente hablando, realizar algo de ejercicio, algún deporte, según los gustos y salud de cada uno. Es recomendable participar en alguna actividad cultural y/o social, tanto los ayuntamientos como las asociaciones locales organizan actividades y cursos de todo tipo. Descubrir nuevos lugares o volver a visitar los ya conocidos, sin la presión del tiempo, mirando las cosas desde otro momento y situación. El tener más tiempo libre, también permite cultivar las relaciones sociales y/o recuperar antiguas amistades.

Hacer cosas por otros, en este momento la mayoría disponen de unos ingresos asegurados que les permiten vivir desahogadamente, además los hijos han crecido y tienen su propia vida, disponiendo de más tiempo y energías, si no sabe a qué dedicar su tiempo libre, ayude a los demás, puede poner a la disposición de otros los conocimientos que ha adquirido durante su vida laboral, muchos jubilados actúan como consejeros sénior para empresas o instituciones. También puede realizar algún tipo de voluntariado, es muy gratificante poder ayudar a otros, ver cómo aprenden y se benefician de su experiencia.

El ser humano es social y gregario por naturaleza, la soledad produce inseguridad, depresión y deteriora la salud, contar con una red de apoyo (familia, amigos, conocidos…) mejorará la calidad de vida en cualquier momento y en particular en la etapa de la jubilación, amortiguará el salto hacía ese nuevo horizonte.

Muchos de los grandes logros de la humanidad, obras de arte y piezas claves de la literatura, fueron realizados por hombres y mujeres que superaban la edad de jubilación. Wagner compuso Parsifal, su última opera con casi 70 años, Juan Ramón Jiménez consiguió el Premio Nobel de Literatura con 75 años, tal vez no consigas un Nobel, ni compongas una sinfonía celebre, pero seguro que habrá muchas cosas que podrás lograr, muchas cosas que podrás hacer que harán que disfrutes de una vida más feliz tú y los que te rodean, ahora podrás VIVIR en definitiva.

“Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe eso es todo” – Oscar Wilde

Psicología para el día a día