No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, mas bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de nuestro control las que nos condicionan.


Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto, tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre, influyen factores que a veces se escapan a nuestro control, sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean limitaciones personales, problemas de relación, etc.


Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos representan un problema, en mayor o menor medida. En algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.


Recuerda que:


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamin Franklin

sábado, 29 de marzo de 2014

¿CÓMO PENSAMOS? ¿QUÉ CREEMOS?


Estás andando por la calle y ves salir a una señora de un restaurante, se acerca a su coche y de repente se para, abre su bolso y comienza a buscar dentro… vuelve deprisa hacia el restaurante del que había salido, un minuto después sale de nuevo y ahora comienza a andar despacio, mirando hacia el suelo, de un lado a otro, agachándose y mirando en el hueco de un árbol, bajo los coches …¿Cómo interpretas esta situación? Tal vez estás pensando que no encuentra las llaves de su coche, el móvil o la cartera y cree que lo ha perdido.

Cada día hacemos cientos de interpretaciones y tomamos decisiones en base a nuestras deducciones, pero ¿Qué ocurre dentro de nuestro cerebro? ¿Cómo pensamos en realidad? ¿Podemos cambiar nuestra forma de pensar?.

El cerebro es básicamente una máquina predictiva que reduce la incertidumbre que nos produce el entorno. La teoría de la mente o metacognición, se refiere a la capacidad de comprender la propia mente y la de terceros, anticipar la conducta propia y la ajena, predecir, entender y pensar sobre los conocimientos, creencias, intenciones y emociones de los otros. Nos permite por tanto, aprender del entorno, razonar, planificar, auto-regular nuestra conducta y actuar en consecuencia.

En el desarrollo de la metacognición influirá decisivamente nuestro entorno: familia, escuela y también la cultura y la sociedad en la que vivamos, además de factores propios de la persona, como el sexo, el lugar que ocupa en la familia, su carácter, etc., haciendo que tenga una interpretación propia de todo lo que le rodea.

En los humanos, esta habilidad comienza a desarrollarse hacia los tres o cuatro años de edad, pero no es hasta años más tarde, tras el aprendizaje escolar y vivencial que se haya plenamente desarrollada. La falta de esta capacidad puede dar lugar a ciertas patologías como el autismo, caracterizado por una falta de capacidad para relacionarse con los otros, y otros problemas del desarrollo.

Cada vez que recibimos una imagen, un sonido, una sensación a través de tus sentidos o cualquier otro estímulo, se produce un complejo proceso dentro de nuestro cerebro, que da como resultado una respuesta, una emoción, una interpretación de la situación y finalmente una conducta que tiene una consecuencia.

Algunas veces en el curso del pensamiento, se producen distorsiones cognitivas, se trata de interpretaciones erróneas que hacemos de lo que nos sucede, creando esquemas mentales que deforman la realidad y pueden convertirse en experiencias dolorosas. Es especialmente común, cuando estamos tristes o deprimidos, estas distorsiones aparecen de manera automática y continua, desvirtuando la realidad.

Todos hemos experimentado estas sensaciones negativas en alguna ocasión, existen varios tipos de distorsiones cognitivas, las más comunes son:

Pensamiento catastrófico. Tendencia a esperar o interpretar lo peor, a ver algo como intolerable o inmanejable. Por ejemplo pensar que si muriera nuestra pareja, quedaríamos tan hundidos que no lo podríamos superar nunca.

Pensamiento polarizado o dicotómico. Se tiende a percibir cualquier cosa de forma extremista, sin términos medios, algo es malo o bueno. Por ejemplo si cometes un error te dices a ti mismo que eres torpe o tonto.

Interpretación del pensamiento/inferencia arbitraria. Cuando una persona interpreta todo lo que oye y le dicen, hace juicios repentinos sobre los demás, también hace presunciones sobre qué es lo que quería decir en realidad, sobre sus motivos, etc. que en muchos casos no tiene nada que ver con la intención del que estaba hablando.

Tener razón. La persona se pone normalmente a la defensiva, continuamente está probando que su punto de vista es el correcto, que sus apreciaciones son justas y que todas sus acciones son adecuadas. Es difícil que este tipo de personas cambien porque tienen dificultad para escuchar nuevas informaciones. Cuando los hechos no encajan con lo que ellos creen, los ignoran.

Abstracción selectiva. Medir una experiencia vivida bajo un aspecto, eliminando el resto de factores, centrarse únicamente en los aspectos negativos o positivos de una situación, ignorando cualquier otro tipo de información, un desamor no significa que la gente que te rodea no te quiera.

Los debería. Reglas inflexibles elaboradas por uno mismo, muchas veces sin ninguna base lógica, que nos esclavizan.

Estas son sólo algunas de las distorsiones cognitivas más habituales, que de producirse con frecuencia y llevadas al extremo, podrían dañar de forma importante nuestra salud mental y física, necesitando la ayuda de un profesional.

Nuestro éxito o fracaso dependerá de nuestra conducta, nuestra conducta de nuestros pensamientos y estos a su vez de lo que tenemos en nuestra mente y del proceso de “digestión” de todo lo que recibimos a través de nuestros sentidos. No siempre podemos controlar lo que recibimos, pero si podemos intervenir en cómo lo procesamos.

Recuerda, las cosas no son siempre lo que parecen, reflexiona y modela tus pensamientos, tu interpretación del mundo será propia y distinta a la de otros, pero ¿será la adecuada?.

 “Si la gente nos oyera los pensamientos, pocos escaparíamos de estar encerrados por locos” Jacinto Benavente.

Psicología para el día a día