No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, mas bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de nuestro control las que nos condicionan.


Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto, tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre, influyen factores que a veces se escapan a nuestro control, sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean limitaciones personales, problemas de relación, etc.


Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos representan un problema, en mayor o menor medida. En algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.


Recuerda que:


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamin Franklin

sábado, 2 de mayo de 2015

¿DEBE IR AL PSICOLOGO? ¿CUÁNDO HACERLO?

La vida es un continuo discurrir por valles y montes, llanuras y mesetas, luces y sombras. Todo es cíclico en nuestra existencia. La alegría y la tristeza son consustanciales a la vida. Entonces ¿en qué momento es necesario ir a un psicólogo? Y ¿para qué sirven los psicólogos?. 
 
Antes de nada diré que todavía hay un cierto temor y/o rechazo ante la idea de acudir a un psicólogo, al menos en España, resulta curioso, por ejemplo que no suele haber problema en acudir al especialista en digestivo, ante problemas de digestión o al otorrino cuando tenemos anginas, no obstante algunos siguen creyendo que si van al psicólogo, pensarán que “están locos”, nada más lejos de la verdad y es más, los que van al psicólogo son los “más cuerdos” de todos, porque se dan cuenta de que necesitan ayuda.
 
Hay momentos y circunstancias de la vida en la que nos encontramos en una encrucijada, no sabemos qué hacer, no somos capaces de resolver una situación, de enfrentarnos a un problema o superar un acontecimiento trágico o inesperado. Nos encontramos sin recursos mentales y emocionales para seguir adelante ¿está desbordado por esta situación? ¿Ya no puede más? ¿Está dispuesto a buscar a alguien que le ayude?
 
Nuestra familia, amigos y entorno social, son de gran ayuda ante una gran variedad de situaciones, nos apoyan y consuelan, pero no siempre pueden ayudarnos ya sea por falta de conocimientos ante la naturaleza de nuestros problemas u otras razones y eso hará necesario la búsqueda de ayuda profesional.
 
Aunque no hay una norma que valga para todos y que determine cuándo pedir ayuda especializada, hay situaciones en las que sería muy conveniente contar con apoyo profesional:
 
  • Problemas de autoestima y falta de confianza en uno mismo que nos impide conseguir nuestros objetivos personales o laborales.

  • Problemas de timidez y fobia social. Algunos profesionales brillantes en distintas áreas, tiene verdaderos problemas para hablar en público, defender sus proyectos ante otros.
 
  • Estados de ansiedad que se prolongan, miedos excesivos o irracionales, angustia constante, llanto, sentimiento de culpa injustificado.

  • Depresión “no puede con la vida” le cuesta enfrentarse a todo, no disfruta con nada. No son unos días malos, se prolonga en el tiempo.

  • Adicciones de todo tipo (drogas, alcohol, juego, tabaco, sexo... etc

  • Trastornos alimenticios (anorexia, bulimia, etc...)
 
  • Miedos y fobias, de cualquier tipo, desde agorafobia a miedo a volar, etc.

  • Manías, obsesiones, costumbres y hábitos. Conductas repetitivas y obsesivas que llegan a controlar la vida y dificultan el día a día.
 
  • Traumas infantiles o adultos (abuso, maltrato, violencia) que condicionen tu comportamiento.
 
  • Problemas de pareja, amor y desamor, una separación o divorcio traumático.
 
  • Pérdida de seres queridos, situaciones de duelo prolongadas y no resueltas.
 
  • Está empezando a somatizar (dolores diversos sin base orgánica) o está teniendo ataques de pánico (presión en el pecho, sudoración, respiración agitada…)
 
  • Varios: problemas del sueño, agresividad, deseos de que su vida acabe, piensa que todo el mundo está en su contra.
 
 
Podríamos seguir enumerando situaciones en las que el psicólogo podría ser de gran ayuda, pero seguro que estas anteriores reflejan la mayoría de los casos.
 
¿Cómo podría ayudarnos el psicólogo? Es un profesional de la salud, que nos ayudará a modificar nuestra forma de comportarnos en base a los mecanismos humanos del aprendizaje, del funcionamiento fisiológico y estudios contrastados que han observado problemas similares a los nuestros, aplicando técnicas concretas para cada variable a mejorar o modificar.
 
El psicólogo se rige por un código ético que le impide divulgar los problemas de sus pacientes, lo que diga será tratado como información confidencial. Además le dará su apoyo incondicional, sin emitir juicios de valores. Su interés estará en ayudarle a mejorar y a que pueda manejar sus problemas de una manera más adaptativa.
 
Como dijo Buda “El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional”. No siempre podremos evitar que nos suceda algo malo, pero siempre podremos evitar que sea peor, nuestra actitud y la forma en que nos enfrentemos a esa situación, determinará si sufrimos intensamente o evitamos ese sufrimiento innecesario.

Psicología para el día a día