No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, mas bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de nuestro control las que nos condicionan.


Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto, tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre, influyen factores que a veces se escapan a nuestro control, sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean limitaciones personales, problemas de relación, etc.


Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos representan un problema, en mayor o menor medida. En algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.


Recuerda que:


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamin Franklin

martes, 31 de diciembre de 2013

MIEDO A VIVIR

Era un hombre con una brillante carrera profesional, una economía desahogada, familia, buena salud … lo tenía todo, al menos eso parecía, pero no era feliz. Apenas le conocí, ví en él una tristeza que se esforzaba por disimular, era como si cada vez que se le ofrecía un nuevo reto, una ilusión, retrocediera, escapando de la posibilidad de vivir esa nueva experiencia.

¿Qué le estaba pasando? ¿A qué tenía miedo? Por una razón u otra, este hombre tenía miedo a vivir, miedo a sentir, a participar de lo que la vida le ofrecía. Y tú ¿observas la vida desde tu ventana? ¿Dejas que personas y oportunidades pasen a tu lado sin hacer nada? ¿Has perdido la ilusión de vivir? ¿Te has rendido a luchar por tus sueños?.

El miedo es una emoción básica que nos acompaña toda la vida, el miedo tiene doble vertiente, en su justa medida y situación, nos protege y evita que nos causemos daño innecesario, todos sentimos miedo cuando estamos cerca de un precipicio y nos apartamos, también evitamos conducir demasiado deprisa en una carreta de montaña helada y llena de curvas. No es de este miedo del que hablaremos ahora, es del miedo paralizante que empaña nuestra visión de la vida y nos impide alcanzar nuestros sueños.

Hay multitud de miedos, podríamos clasificarlos en miedo a la pérdida, miedo al ataque y miedo al descontrol (a la locura). El miedo puede surgir ante algo real, generalmente más fácil de vencer, entre estos estarían fobias diversas (a animales, situaciones, objetos …), incluso la llamada fobia social. Más difíciles de tratar son los miedos difusos o concretos, que aparecen en nuestra mente ante situaciones reales o imaginadas, como resultado de nuestras propias proyecciones e inseguridades.

Ese miedo nos bloquea e impide avanzar, atenaza nuestro cuerpo y oscurece nuestra mente, sumiéndonos en una nube de angustia que nos impide trabajar para lograr nuestros objetivos, por miedo no aceptamos ese trabajo que nos gustaría, por miedo no emprendemos el negocio que nos ilusiona, por miedo perdemos a la persona amada, por miedo no nos damos la oportunidad de vivir como nos gustaría. Recuerda que vivir con miedo es vivir a medias.

¿Se puede vencer al miedo? Sin duda, las investigaciones en psicología, han demostrado que la seguridad personal y una sana autoestima, es el mejor modo de domarlo y restringirlo a su debido lugar, para ello se requiere valor y decisión. Las raíces del miedo se encuentran en un apego inseguro, en problemas de autoestima, en traumas pasados…múltiples razones, que en cada caso, han ido condicionando a la persona sin apenas darse cuenta.

Empecemos por un examen personal, mira dentro de ti mismo, sin miedo, y repasa cuáles son tus valores, tus prioridades. Podrían ser el amor, el respeto, la felicidad, el equilibrio o tal vez el dinero, el poder, el prestigio, la belleza… ¿estás dispuesto a revisar tus valores? Tal vez descubras que lo que haces dista mucho de lo que quieres. La felicidad depende en gran parte del equilibrio entre lo que deseas y lo que consigues, pongamos un ejemplo: si para ti es importante conocer mundo, descubrir otras culturas… pero tienes miedo a volar, indudablemente te privarás de conocer muchos lugares a los que es difícil acceder de otro modo, ¿no crees que deberías superar tu fobia a volar y empezar a disfrutar de lo que te gusta?.

Para vencer el miedo, hay que ser valiente, porque solo podemos vencer algo a lo que nos enfrentamos, la evitación hará que vayamos perdiendo seguridad, eficacia, aumentando la angustia y alimentando al propio miedo. Tenemos que mirarlo de frente, escucha tu lenguaje interior, responde a esos mensajes paralizantes con otros más adecuados, acostúmbrate a hacerlo, cuando tu voz interior te diga:” no puedes…”, respóndele con “lo voy a lograr” “puedo hacerlo” “quiero hacerlo”.

El deseo es el motor que hará que te muevas en la dirección elegida, que vayas hacía tus metas. Cuando deseamos algo fervientemente, luchamos por lograrlo, sin importar cuanto cueste, ni el tiempo que nos ocupe.

A veces necesitaremos ayuda, tal vez un buen amigo en quien confiamos pueda servirnos de espejo y devolvernos una imagen de nosotros mismos que aún no hemos descubierto, en algunas ocasiones se requiere ayuda profesional para vencer un trauma o miedo concreto que nos impide progresar. Lo mismo es cierto con la autoestima y la asertividad, en la medida que las tengas, ganarás en seguridad y confianza para enfrentarte a los retos que desees.


Si estás dispuesto a vivir, podrás luchar por tu vocación, por tu familia, encontrarás un amor que te llene, trabajarás para conseguir aquello con lo que soñaste … pero para ello tendrás que arriesgarte, abandonar el miedo, asomarte a la vida, sentir y disfrutar lo que la vida te ofrece, no te pares quien no arriesga, no pierde, pero tampoco gana.

“Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen”. José Ortega y Gasset

Psicología para el día a día