Generalmente no podemos cambiar los acontecimientos externos, aunque si podemos cambiar y manejar nuestra realidad interna, podemos decidir qué pensar y a qué queremos dar más importancia, en función de la interpretación que demos a un sentimiento tendremos un pensamiento diferente y nuestro estado de ánimo se verá afectado. A manera de ejemplo, la misma situación externa, la lluvia, puede producir dos posiciones distintas: ¡Qué mala suerte, y yo sin paraguas ¡ o ¡Hacía tiempo que no llovía, qué bien para la sequia¡
YO SOY YO Y MI CIRCUNSTANCIA - José Ortega y Gasset
No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, mas bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de nuestro control las que nos condicionan.
Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto, tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre, influyen factores que a veces se escapan a nuestro control, sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean limitaciones personales, problemas de relación, etc.
Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos representan un problema, en mayor o menor medida. En algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.
Recuerda que:
La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamin Franklin
lunes, 29 de agosto de 2011
RAZÓN vs EMOCIÓN - ¿QUÉ ES MEJOR?
Generalmente no podemos cambiar los acontecimientos externos, aunque si podemos cambiar y manejar nuestra realidad interna, podemos decidir qué pensar y a qué queremos dar más importancia, en función de la interpretación que demos a un sentimiento tendremos un pensamiento diferente y nuestro estado de ánimo se verá afectado. A manera de ejemplo, la misma situación externa, la lluvia, puede producir dos posiciones distintas: ¡Qué mala suerte, y yo sin paraguas ¡ o ¡Hacía tiempo que no llovía, qué bien para la sequia¡
sábado, 13 de agosto de 2011
LA CRISIS ¿CÓMO AFECTA A NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO?
- Algo tan simple como dar la vuelta a nuestro razonamiento, en vez de pensar en “lo que nos falta”, pensar en “lo que si tenemos”, en las cosas con las que contamos, en todo lo que hemos logrado, en nuestro “haber” más que en el “debe”.
- Ponernos metas razonables, primero a corto y medio plazo, para una vez alcanzadas pasar a otras más ambiciosas y de largo recorrido.
- Si estamos en una situación difícil, para poder tomar una decisión acertada, debemos conservar la tranquilidad, calcular y evaluar las variables y situaciones de forma lógica y positiva.
- Trabajar nuestra actitud para que llegado el momento seamos nosotros quienes controlemos la situación y no sea la situación la que nos controle y anule.
- Los que somos padres tenemos el deber de transmitir a nuestros hijos un mensaje positivo, de esperanza, evitando el derrotismo antes de tiempo.