No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, mas bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de nuestro control las que nos condicionan.


Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto, tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre, influyen factores que a veces se escapan a nuestro control, sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean limitaciones personales, problemas de relación, etc.


Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos representan un problema, en mayor o menor medida. En algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.


Recuerda que:


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamin Franklin

viernes, 29 de julio de 2011

VACACIONES LUJO O NECESIDAD

El concepto veraneo o vacaciones, se desarrolló en Europa durante el siglo XVIII, originalmente eran la realeza y los nobles quienes al llegar el verano trasladaban su residencia a quintas y castillos,  donde podían cazar, bailar y disfrutar de los placeres de la vida. Para el siglo XIX se hizo habitual, entre las clases más pudientes, ir a la costa para “tomar las aguas”. En España fue bien entrado el siglo XX cuando se popularizó entre la clase media, pasar unos días de vacaciones en el pueblo, la playa o la montaña.
Del lujo de unos pocos, en sus primeras etapas a la masificación de las vacaciones,  han pasado muchos años y también han cambiado las costumbres, lugares y hábitos durante ese periodo.
Pero ¿son en realidad necesarias las vacaciones o se trata de una moda, ya de largo recorrido, sin más?
Durante el año, la rutina del día a día, puede llegar a afectar  nuestro trabajo y nuestras relaciones,  además el exceso de obligaciones pueden producirnos estrés, esto hace recomendable un cambio de escenario, un cambio de actividad que nos permita descansar de los compromisos habituales y disponer de unos días de vacaciones.
Como en todas las cosas, necesitaremos un periodo de transición para ir bajando el ritmo de actividad y adaptarnos al nuevo escenario, para luego ir subiendo nuestra actividad según deseemos, sin prisas ni agobios, y planificar qué hacer sin que ello suponga una nueva fuente de angustia y presión.
El tiempo libre que tenemos ante nosotros,  podemos interpretarlo como una oportunidad para cuidarnos, para curarnos en salud. El lugar al que ir y qué hacer, dependerá de nuestro gusto y circunstancias, pero lo más importante es el cambio de ritmo y la flexibilidad en todo.
Poder olvidarnos de despertadores, agendas e incluso el móvil del trabajo, tiene un efecto relajante, nos ayuda a desconectar. Al no tener que seguir un horario fijo, podemos variar la hora de acostarnos y levantarnos, comer a diferente hora ... También podemos vestir ropa más informal, aprender a estar ociosos, disfrutar de las oportunidades que se nos ofrezcan, visitar algún lugar desconocido, conocer a nuevas personas, practicar nuestro deporte favorito e incluso probar con alguno nuevo. En definitiva podemos hacer cosas diferentes de las que habitualmente hacemos durante el año.
Divertirse es sano y contribuirá a tener una vida más saludable, aprovechar estos días de vacaciones nos ayudará a aparcar preocupaciones, combatir obsesiones y paliar un poco la depresión que a veces nos afecta.
Algunas investigaciones con hombres de mediana edad, han constatado que el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias se reduce en un 20% y el de muerte en un 30%, cuando se dispone de un periodo de descanso fijo al año. Todos conocemos personas con éxito en el trabajo y en la vida que no son capaces de desconectar y tomarse unos días de asueto y que lamentable han acabado sufriendo problemas de salud que tal vez podrían haberse evitado.
¿Qué papel ocupa la familia en vacaciones?
Muchos de nosotros pasamos las vacaciones en familia, resulta  muy difícil encontrar un lugar que les guste a todos, tanto a niños como a padres, incluso entre la pareja pueden existir diferentes gustos. Antes de comenzar el viaje conviene llegar a un acuerdo, buscar lugares que permitan actividades del gusto de todos y cierta movilidad de los distintos miembros de la familia. No siempre se comparten los mismos hobbies pero debemos intentar disfrutar de las vacaciones sin que ningún miembro de la familiar quede anulado, lo que produciría discusiones y malestar.
Durante estos días disponemos de tiempo para prestar más atención a nuestra familia, conversar con ellos y hacer cosas juntos,  es cierto que la convivencia produce conflictos  inevitables, pero  resolverlos puede ser enriquecedor y  nos ayudará a mejorar la relación
En nuestro tiempo libre elaboramos proyectos sobre qué queremos hacer con nuestra vida, planeamos cambios y soñamos con conseguir metas, pocas semanas después nos incorporaremos a nuestra realidad, con el capital de descanso y los buenos recuerdos que hayamos podido acumular en las vacaciones y deseando que vuelvan de nuevo.

Lejos de ser un lujo inasequible al alcance de unos pocos, las vacaciones son una necesidad para "poder seguir con nuestra vida", un cambio de ritmo necesario que nos refresca y renueva nuestras fuerzas, si todavía no has podido disfrutar de ellas, al menos dedica unos días a hacer algo distinto, algo que te apetezca, seguro que te sentirás mucho mejor.
“Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar” - Antonio Machado


3 comentarios:

  1. Madrileñas y agosteñas tardes:
    Muy interesante este artículo sobre las vacaciones, licenciada M.Ayala, pero ¿Y las vacaciones Sin salir de casa?
    hasta ayer, día 30, Madrid tenía ese típico aspecto desolado del mes de agosto: CERRADO POR VACACIONES.
    Ese cartel aparecía en persianas metálicas echadas y en escaparates empapelados. Uno se llega a preguntar
    ¿y si no volvieran? ¿y si todos los que han echado el cierre no vuelven? Es duro reconocer que...¡sería maravilloso!:
    aparca donde quieras, silencio, vecinos desaparecidos, la M30 y las demás M's, radiales, etc., puentes de los Franceses, y del marqués de Monistrol
    (que no tengo ni idea de dónde está), nudo de Manoteras, entradas y salidas de Madrid ¡libres de atascos! Toda esa detestable masificación que soportamos
    cada día durante 11 meses al año se volatiliza en agosto, en Semana Santa y en alguna otra fecha. Son los momentos en los que uno se reconcilia con su
    ciudad, con Madrid y te das cuenta que tenenos una ciudad maravillosa que sería mucho más humana, vivible y agradable si desapareciese el "excedente"
    que tenemos. Y que nadie me interprete mal: aquí no sobra nadie -como decía hoy Doña Elena Valenciano, del PSOE- lo que sobran son los malos rollos y
    los que viven de los demás por la cara.


    Hoy, 31 de agosto, miércoles por más señas, las obras han vuelto, los escaparates se han desempapelado, los brillantes cierres metálicos se han alzado.
    Todo el mundo habla ya de la vuelta al cole, del otoño caliente que nos espera, de la huelga que se nos viene encima, de las elecciones de noviembre y casi,
    casi de la lotería de Navidad.
    ¿Por qué no considerar también las vacaciones internas, las vacaciones dentro de casa, la introspección con uno mismo y su pareja- Uuuff, vaya tela!-?
    Esto me recuerda la novela de Xavier de Maistre, Viaje alrededor de mi cuarto, 1794, en la que un joven oficial, durante un arresto domiciliario, se entretiene
    en describir su habitación y los paseos que puede dar en ella como el más fantástico de los viajes. ¿No necesitamos todos hacer un poco el mismo viaje que
    hizo Xavier de Maistre e intentar saber un poco quiénes somos y a dónde nos llevan?

    E.

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  2. Gracias por tu comentario, muy interesante y ameno. Si claro que son posibles vacaciones sin salir de casa, se trata de un cambio de escenario, de ritmo y actividad, por lo que dejar de trabajar o estudiar o la actividad que hacemos habitualmente y hacer algo distinto también vale, tal vez el problema que tenemos algunos es que dentro de casa en nuestra ciudad nos resulta más difícil desconectar y necesitamos también un cambio más grande, viajando a otro lugar. Respecto a la reconciliación con la ciudad, a mi también me ocurre, la ciudad se vuelve más humana y descubres lugares agradables donde antes no te hubieras parado siquiera ... pero tal vez como en todo, es el contraste, la diferencia lo que hace que se vuelva atrayente. Sobre el viaje al interior, creo que en efecto es necesario, algo que deberíamos hacer de vez en cuando, tanto si viajamos en el sentido primario de la palabra como si no cambiamos de lugar.

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  3. Buenos días, mi médico me ha mandado escitalopram pero durante unos días creo que solo dos , no estoy segura, me he tomado sin querer alprazolam , ha sido una equivocación ya que no mire y estaban juntas .Los días que me tome lo que no me correspondía me note extraña , pensaba que mis pastillas ya no me hacían efecto , estaba irascible, cambio de humor con tristeza casi inexplicable y la vista se me "tambaleaba",lo que quisiera saber es si es grave y deba hacer algo en concreto o simplemente ha pasado y ya que me he dado cuenta seguir con lo que me estaba tomando .Un saludo y gracias.

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