¿Qué le está ocurriendo?, un joven profesional que encuentra el trabajo que tanto había deseado y ahora su pánico a volar le hace plantearse una renuncia, este hombre está sufriendo de aerofobia (fobia a volar). Aproximadamente un 10% de la población mundial sufre de algún tipo de fobia, la fobia es un temor irracional, extremadamente intenso que surge ante la presencia o el recuerdo del objeto o de la situación que nos da miedo, a diferencia de otros temores que todos experimentamos, la fobia no desaparece por sí misma y requiere tratamiento específico para superarla.
Existen diferentes tipos de fobias, las de tipo situacional (a viajar en avión, a subirse a escaleras mecánicas, ascensores, túneles.), las fobias a ambientes naturales (a las tormentas, alturas, agua, oscuridad), fobia a los animales, como la zoofobia (a los animales en general) o a cierto animal, a los perros, a los gatos, a las serpientes, a las aves de corral, fobia a la sangre/inyecciones/daño. Finalmente hay fobias a diferentes estímulos, a ciertas enfermedades, al atragantamiento, al tiempo, a la gravedad o a ciertos números, palabras o colores.
Las fobias más comunes son:
Fobia a las serpientes: el miedo a las serpientes es algo ancestral y está ligado a la supervivencia.
Aracnofobia: Miedo a las arañas, se da cuatro veces más en las mujeres que en los hombres, las reacciones de estas personas resultan exageradas para sí mismas y para otros, evitan lugares donde puede haber arañas o donde han visto telas de araña, incluso una fotografía puede provocarles pánico.
Claustrofia: Es el pánico a los lugares cerrados, como puentes, túneles, ascensores, coches, gimnasios, transportes públicos, las máquinas de hospital como el TAC. La persona con claustrofobia evita los lugares cerrados, por un temor irracional a que le falte el aire o a tener sensación ahogo. Se estima que entre un 2 y un 5% de la población padece esta fobia.
Agorafobia: Se trata del miedo a los espacios abiertos, es más común en las mujeres que en los hombres. El agorafóbico teme cualquier lugar donde no se sienta seguro o no pueda recibir ayuda. Suelen refugiarse en su hogar y rara vez sale, y cuando lo hace, experimenta una gran ansiedad.
Acrofobia: Miedo a las alturas, a asomarse a un balcón, estar en un mirador o junto a un precipicio, no es simple vértigo. Es bastante común, entre un 3 y un 5% de la población sufre miedo a las alturas.
Aerofobia: Es el tan común miedo a viajar en avión, quienes lo padecen, no solo experimentan una ligera inquietud en el momento del aterrizaje y del despegue, si no que el miedo les impide planear siquiera un viaje de este tipo, o les ocasiona trastornos de ansiedad ante la perspectiva de un futuro viaje meses antes de llevarlo a cabo.
Escotofobia o Nictofobia: Es el miedo a la oscuridad, aunque todos hemos sentido de niños miedo a los peligros que podían estar ocultos tras la oscuridad, fantasmas o monstruos, generalmente desaparece con la edad, si un adulto continúa teniendo pánico irracional a la oscuridad estaríamos ante la Nictofobia.
En una categoría diferente, estaría la fobia social, se caracteriza por un miedo intenso y duradero a una o más situaciones en la que el individuo va a ser observado por los demás y tiene que hacer algo, las situaciones más habituales que activan este tipo de fobia son, el miedo a hablar con desconocidos, a encontrarse en una multitud, a permanecer solo, etc. Quienes la padecen pueden experimentar sudoración, temblor, tartamudeo, taquicardia y rubor facial. Es de las fobias más comunes entre jóvenes y adolescentes, tan solo en Estados Unidos unos 15 millones de adultos sufren fobia social.
El último de los tipos de fobia es el conocido como trastorno de ansiedad generalizada, en estos casos las personas experimentan angustia y preocupación excesiva frente a una variedad de acontecimientos, y este estado se prolonga al menos por seis meses.
¿Por qué surgen las fobias?
Una de las causas posibles, es que la persona haya tenido en su infancia una experiencia traumática, a la que después asocia el elemento que le causa temor, por ejemplo, un niño es arañado por un gato furioso, y a consecuencia de ello el niño crece y se convierte en un hombre con ailurofobia (fobia a los gatos). También puede adquirirse de forma vicaria, la persona puede haber visto a otros, en vivo o filmados, tener experiencias negativas o mostrar miedo en ciertas situaciones y adquiere ese mismo miedo. En otras ocasiones los padres transmiten información amenazante, avisos sobre el peligro de ciertos animales, el riesgo de las tormentas, los rayos, etc. propiciando que sus hijos adquieran la fobia.
¿Pueden curarse las fobias? ¿Qué tratamiento seguir?
Antes de iniciar cualquier tratamiento, debería contar con el diagnóstico de un profesional para evitar que algo circunstancial u otro tipo de trastorno de ansiedad se confunda con la fobia. El especialista averiguará qué factores están implicados en el problema, qué objetivos se desea conseguir y establecerá un tratamiento para ese problema.
Las fobias específicas suelen tratarse mediante psicoterapia, se le enseñan al paciente las causas de su fobia y se le aportan técnicas para ir dominando la ansiedad ante el estímulo desencadenante. Las técnicas para controlar la respiración y de relajación, también pueden ser de gran utilidad. En general, para las fobias específicas, el tratamiento más eficaz es la exposición en vivo a las situaciones temidas, también se utiliza el modelado participante, la exposición en imaginación y la desensibilización sistematica, en ésta técnica, en lugar de estímulos directos se recurre a la imaginación del paciente para que proyecte en su mente el estímulo temido y vaya familiarizándose progresivamente con la situación y superándola.
En algunas fobias resultan útiles las técnicas de restructuración cognitiva que ayudan al paciente a corregir errores y a evitar la sobrestimación de los riesgos, este tratamiento se utiliza mucho con pacientes que padecen de aerofobia, claustrofobia o fobia a las alturas. En la fobia social resulta eficaz la terapia cognitiva y la exposición a situaciones sociales, también es útil el entrenamiento en habilidades sociales.
Guillermo consiguió superar su miedo a volar, muchas personas han conseguido volver a subirse en un ascensor, salir a la calle sin temor, o poder mirar una araña sin lanzar un grito de terror. Tú también puedes superar tus miedos irracionales, no permitas que una fobia limite tú vida
“El miedo está siempre dispuesto a ver las cosas peores de lo que son” Tito Livio
Atinadísimas reflexiones, como casi siempre. Y sí, efectivamente, hay que "coger al toro por los cuernos" siempre que se sea capaz de identificar al novillo como tal y no ver el morlaco resabiado que generalmente visualizamos. Enhorabuena
ResponderEliminarGracias por tu comentario, en efecto, generalmente lo más difícil suele ser identificar la causa de la fobia. Muy interesante y adecuado el símil taurino. Un saludo,
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