No siempre es fácil percibir cuando alguien está mintiendo, pero hay una serie de cosas que nos pueden ayudar a detectar mentiras:
Las expresiones faciales son determinantes. Ojos que no miran al interlocutor, como temiendo ser descubiertos. Emociones fingidas, mostrar una sonrisa, rabia o tristeza, cuya expresión resulta incompleta. En el caso de la sonrisa fingida, movemos labios y boca, manteniendo inmóviles otros músculos faciales de ojos y frente que SI intervienen en una sonrisa verdadera.
Gestos de manos y cuerpo. Cuando mentimos solemos taparnos la boca, tocárnosla o rascarnos la nariz. Algunas personas, muestran un excesivo movimiento de manos, se las frotan y apretan. La postura corporal también suele variar, nuestro cuerpo se pone rígido durante la mentira, para volver a relajarse, soltarse los hombros justo después de ella, cuando ya ha pasado el momento de tensión.
Incongruencia, entre lo que decimos y lo que nuestros gestos muestran, más del 70% de la comunicación es no verbal, podríamos estar diciendo que SI con la boca y nuestra cabeza moviéndose de izquierda a derecha, contradiciendo nuestras palabras.
La inflexión y el tono de la voz varía, generalmente bajamos la voz cuando decimos una mentira, luego nuestra voz vuelve a la normalidad. En algunos casos y cuando el mentiroso siente que le han descubierto o ha tenido tiempo de preparar la mentira, hace lo contrario, habla más alto de lo normal, para dar firmeza y convicción a sus palabras.
Tragar saliva, es otra muestra de nerviosismo, cuando mentimos lo hacemos de una manera más continua.
La forma de responder a las preguntas. Cuando nos sorprenden con una pregunta sencilla a la que no tenemos respuesta cierta, por ejemplo: ¿dónde estuviste anoche? solemos repetir la pregunta, o parte de ella, para ganar tiempo y pensar qué decir.
El tiempo de latencia, cuánto tardamos en responder, generalmente respondemos más deprisa cuando decimos la verdad que cuando mentimos, aunque esto variará si se ha tenido tiempo de preparar la respuesta, una mentira planeada, en ese caso la respuesta es rápida y con más explicaciones.
Dar demasiadas explicaciones, la mentira produce ansiedad, solemos dar largas explicaciones, justificaciones, queriendo demostrar nuestra inocencia a toda costa.
Palabras que se usan. Los mentirosos evitan pronombres en primera persona como mi o mío, además usan más palabras sobre emociones negativas como triste, odio…y las expresiones son más exageradas, por ejemplo: dicen estupendamente en lugar de estupendo, te quiero muchísimo en lugar de te quiero.
Ante el peligro, a ser descubiertos, la amígdala (sistema límbico/emocional) da la orden al cerebro de refrigerar el cuerpo, la piel de la cara se vuelve más blanca al comprimirse los capilares y la frente se muestra sudorosa.
Científicos de Psicología Experimental de la Universidad de Granada han demostrado el llamado “efecto Pinocho”, cuando se miente, no crece la nariz, pero si cambia su temperatura, se eleva o disminuye, este efecto se ha comprobado mediante termografia, una técnica que mide la temperatura de los cuerpos.
Nuestra habilidad para detectar mentiras y nuestro conocimiento de la persona, de su modo habitual de comportarse y sus reacciones, serán una gran ayuda cuando nos enfrentemos a situaciones en las que creemos que nos están mintiendo. Lo que hagamos a partir de ese momento, será una decisión personal, en función de la importancia de la situación, de cómo somos... ¿Le haremos saber a nuestro interlocutor que le hemos pillado? ¿Miraremos para otro lado pensando que la situación no es tan importante? o ¿qué pese a todo nos interesa seguir “engañados”? ¿Pensaremos que tal vez las cosas no son lo que parecen y cambiaremos de tema?.
En algunas culturas, lo verdaderamente importante no es el hecho en sí mismo, sino la ocultación de la situación, algo así como decir: no importa que me robes, que hayas cometido una infracción, que seas infiel, que copies en los exámenes o cualquier otra cosa PERO NO ME ENGAÑES dímelo, no lo ocultes. ¿Es más grave la ocultación que la falta? ¿Quién tiene derecho a saberlo? ¿Cuál es el propósito de la confesión?.
Trabajadora persistente y capaz,
ResponderEliminarNo dudes de que me pondría en tus manos, naturalmente si tú lo aceptaras y si es que tuviera alguna posibilidad de arreglo esta mente mía cada día más en el borde mindless.
Un admirador global (quiero decir de cuerpo y espíritu).
AB&PVC
Gracias por seguirme y admirarme, eres muy amable. No creo que tu mente esté tan mal como dices, seguro que exageras. Mantenerse ocupado, tener intereses nuevos, aprender algo, leer, recordar, todo eso ayuda mucho a mantener la mente activa y a punto. Por cierto, no soy capaz de descifrar las siglas,¿algún compuesto químico? je je
EliminarHola, gracias por tu artículo,
ResponderEliminarDeberíamos ser como el papel tornasol, es decir, cambiar de color cada vez que mintiéramos. Con independencia de Pinocho, ¿ Existe alguna regla medianamente aceptable, de detección de una mentira por el comportamiento físico del emisor ?
Gracias.
Nada definitivo y/o único, como menciono en el artículo, depende de la persona, generalmente es una combinación de señales, también depende de lo experto que sea el mentiroso, algunos lo hacen tan bien, que es casi imposible detectarlos. Como normal general y en mi experiencia, el nerviosismo que produce mentir, hace que la persona no mantenga el contacto visual con el interlocutor, suele desviar la mirada, también el cuerpo se suele poner más rígido, en tensión, muchos sudan por la frente o palidecen, apretan los labios, se tocan la boca o la nariz. Te aconsejo que te fijes en la persona en diferentes situaciones, cuanto mejor conozcas a la persona, más fácil te resultará, por comparación cuando dice algo que sabes que es verdad y cuando no lo es, observa su postura, gestos, tono de voz, seguro que encuentras diferencias. Gracias por leerme.
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