No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, mas bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de nuestro control las que nos condicionan.


Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto, tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre, influyen factores que a veces se escapan a nuestro control, sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean limitaciones personales, problemas de relación, etc.


Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos representan un problema, en mayor o menor medida. En algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.


Recuerda que:


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamin Franklin

lunes, 8 de noviembre de 2010

YO SOY MIS RECUERDOS - MEMORIA I


"Más recuerdos tengo yo solo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo. Y también: Mis sueños son como la vigilia de ustedes. Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín."  Jorge Luis Borges - Ficciones

Se trata de Funes el memorioso, quien después de un accidente manifestó una memoria sorprendente que le impedía dormir y hacía que recordará cada palabra, cada imagen, cada detalle por nimio que fuera. En este cuento lo grotesco y exagerado se ponen de manifiesto pero esto nos lleva a reflexionar sobre la memoria.

¿Qué entendemos por memoria?, partiendo de las definiciones más usuales, podemos decir que se trata de la capacidad que tiene el cerebro de almacenar las consecuencias que aprende de aquello que experimenta. No cabe duda que es una de las capacidades más importantes del cerebro, es casi imposible imaginar cómo sería nuestra vida “sin memoria” y sin embargo eso es lo que lamentablemente algunos experimentan por deterioro de la edad (demencia senil), ciertas enfermedades como el Alzheimer o diversos traumatismos.

Imagine que un día despierta y no sabe dónde está, no recuerda quién es, no sabe qué tiene que hacer, por dónde empezar, sin memoria cada instante sería como despertarse de un sueño que duraría toda la vida, cualquier acto a realizar representaría un problema, cualquier persona sería un extraño, cualquier palabra que oyésemos resultaría incomprensible.

Podemos estudiar la memoria desde el punto de vista neurobiológico (estructuras corticales asociadas a la memoria), o desde el psicológico (memoria como estructura o proceso mental) y es de esté último del que vamos a hablar, cómo se adquiere la información, de la naturaleza unitaria o múltiple de la memoria, de cómo se organiza la información, de cómo se recupera dicha información, de cómo se olvida, y los problemas de la memoria implícita (relación memoria-conciencia) y de la memoria autobiográfica.

Sobre qué es la memoria y cómo funciona se han propuesto varias teorías, a principios del siglo IV a.C., Platón introdujo la hipótesis de la tablilla de cera, según esta teoría en la mente se hacían impresiones  igual que sobre la cera y permanecían hasta que el tiempo las borraba, por lo que una superficie lisa, equivalía al olvido total. Esta teoría permaneció vigente durante muchos siglos.

En el siglo XIX Ebbinghaus distinguía la existencia de varias memorias en la mente, la voluntaria, la involuntaria (recuerdos espontáneos)  y los recuerdos no conscientes ni reconocibles. James hablaba de memoria primaria (transitoria) y de memoria secundaria (permanente), poniendo las bases del modelo multialmacen. Posteriormente Atkinson y Shiffrin ampliaron este modelo con la introducción del concepto de memoria sensorial, una serie de almacenes o registros de activación muy breve que funcionan en paralelo y permiten el paso de la información a la memoria a corto plazo (que equivale al concepto de memoria primaria).

La distinción entre memoria o almacén a corto plazo (MCP) y memoria o almacén a largo plazo (MLP) (que equivale al concepto de memoria secundaria) ha recibido abundante confirmación en estudios experimentales con sujetos sanos y en pacientes con distintos síndromes amnésicos.

¿Qué factores intervienen en nuestra memoria? ¿Qué contribuye al recuerdo o al olvido de un hecho concreto? y cuando queremos recordar, ya sea voluntariamente o porque nuestra actividad en ese momento trae de nuevo ese recuerdo a nuestra mente ¿cómo recordamos?, algunos piensan, que como si de un almacén se tratase, recuperamos el recuerdo tal y como se almacenó, es decir recuperamos exactamente lo mismo que sucedió, sin embargo la evidencia parece demostrar que no es eso lo que sucede.

Cuando sucede un acontecimiento hay una serie factores de consolidación que determinan el éxito de la reaparición posterior, algunos son la repetición, la profundidad de pensamiento, la elaboración y lo distintivo del hecho, por el contrario, también hay otros factores de olvido, como son la interferencia y el decaimiento.

En el momento de la recuperar la información, la percepción de un episodio puede convertirse en dos recuerdos diferentes si las condiciones de recuperación son distintas. Algunos experimentos han puesto de manifiesto la importancia de las claves en la recuperación de la información y también la diferencia entre accesibilidad y disponibilidad, hay recuerdos que están disponibles, es decir, que no se han olvidado, pero que no son accesibles de manera inmediata, necesitan la clave adecuada para poder recuperarlos.

Algunas de las estrategias que utilizamos en el proceso de búsqueda de información son las iteraciones concéntricas, vamos de los general a lo particular, primero delimitamos un dominio de contenidos y a partir de ahí vamos generando una secuencia de pensamientos que actuarán como claves de recuperación.

En la construcción de un episodio, a partir de los datos recuperados, realizamos una serie de inferencias para dar consistencia y continuidad temporal a nuestra historia.

Sorprendentemente,  a veces recordamos hechos que nunca nos sucedieron, además nuestra memoria no es capaz de diferenciar entre lo que realmente vivimos y lo que imaginamos. La familiaridad de una situación o la mera exposición a un conjunto de datos, pudieran hacernos situar un hecho como acaecido en un tiempo pasado y sin embargo no ocurrió entonces. Algunas personas experimentan falsos recuerdos con una claridad y riqueza de detalles abrumadora ¿qué propicia esos falsos recuerdos?

Todavía más importante, ¿hay algo que podamos hacer para mejorar nuestra memoria o al menos no perder la que tenemos? Todo lo que hemos vivido, lo que aprendimos, las personas que hemos conocido y aquellos a los que amamos, los lugares que visitamos, hasta la forma en que nos vestimos y arreglamos cada mañana, forman parte de nuestros recuerdos, configuran quien somos y nos hacen un ser único e irrepetible.

“Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”  Jorge Luis Borges

4 comentarios:

  1. Según los expertos, la capacidad de almacenamiento de datos en nuestra memoria o, mejor, memorias, es descomunal. Es paradójica, sin embargo, su falta de eficiencia en el sentido opuesto. Casi la generalidad de las personas, tenemos dificultades para recordar cosas, según te alcanza la vejez más aún. Tenemos muchas dificultades sobre todo en recordar en "tiempo real", es decir, con la rapidez que quisiéramos. Para colmo, hemos gastado casi un siglo sin entrenarla convenientemente. El uso de la informática es un evidente freno en relación al desarrollo de la memoria. Recordemos la película 2001, una odisea espacial, el robot HAL casi anula al hombre. Casi 50 años después, dependemos de la máquina más que nunca.

    A mi juicio, está claro que si tenemos esa capacidad de almacenamiento de datos, debemos tener, al menos potencialmente, la misma capacidad de salida. Pero es evidente que desconocemos como hacerlo. Sin embargo seguimos tratando este aspecto como hace más de 3000 años, es decir, el avance en este conocimiento ha sido casi nulo.

    ¿ O estoy equivocado ?

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  2. Gracias por tu interés. Es cierto que con la edad nuestra memoria y la capacidad de aprendizaje desciende, sin embargo hay muchas formas de entrenamiento para la memoria tanto para los que ya tienen problemas como para los que quieren mejorarla.
    La clave está en cómo aprendemos, el psicólogo cognitivo Ausebel hablaba de “aprendizaje significativo”, según esta idea cuando aprendemos algo, partimos de lo que tenemos como base de ese concepto y a partir de ahí añadimos, reconstruimos y reajustamos el conocimiento, es por tanto aprendizaje relacional. Es un aprendizaje permanente, que produce un cambio cognitivo y que está basado en la experiencia. En contraste cuando aprendemos algo coyunturalmente, como para un examen, se trata de un aprendizaje mecánico y fácil de olvidar.
    Para facilitar el recuerdo y reducir la latencia del mismo, ayuda la profundidad de elaboración de la materia, la distintividad de la misma, la repetición, cada vez que recordamos algo facilitamos su recuperación posterior.
    Respecto al uso de la informática puede ser de ayuda en muchos casos para recopilar información y facilitar tareas, pero puede perjudicar la memoria si recurrimos en exceso y evitamos elaborar la información que recibimos por nosotros mismos, es decir dejamos de pensar
    Y nos limitamos a a observar lo que se nos ofrece.

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  3. Me parece interesantísimo el tema y además gracias por que lo introduces de forma muy accesible para los que no somos expertos. Me surge una pregunta: ¿Existe algún método que permita a un tercero distinguir entre los recuerdos inventados y los realmente vividos?

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  4. Gracias por leerlo, te cuento, según dos equipos independientes de investigadores ya posible distinguir entre los recuerdos reales y los inventados. En el primer estudio se comprobó que las ondas cerebrales eran diferentes, en el recuerdo de un hecho cierto comparado con un recuerdo falso, se producía un patrón de oscilaciones gamma distinto.
    En el segundo estudio, teniendo en cuenta que la recuperación de información en el cerebro es procesada simultáneamente en dos regiones específicas del cerebro que se centran en aspectos diferentes de los eventos pasados, el lóbulo temporal (MTL) que se centra en hechos específicos acerca del evento y la red frontal parietal (FPN) que es más propensa a procesar la esencia global del evento. El investigador descubrió que cuando los voluntarios tenían una alta seguridad sobre recuerdos que eran verdaderos la actividad de la región MTL era alta. Esto es lógico porque la MTL hace que los recuerdos sean más vívidos, con detalles específicos. Sin embargo, cuando los voluntarios se mostraban seguros de recuerdos falsos era la región FPN la que mostraba un aumento de actividad. La región FPN sólo da una idea de "familiaridad" a estos eventos, pero no proporciona detalles. Confío te haya servido.

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