No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, mas bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de nuestro control las que nos condicionan.


Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto, tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre, influyen factores que a veces se escapan a nuestro control, sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean limitaciones personales, problemas de relación, etc.


Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos representan un problema, en mayor o menor medida. En algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.


Recuerda que:


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamin Franklin

martes, 31 de diciembre de 2013

MIEDO A VIVIR

Era un hombre con una brillante carrera profesional, una economía desahogada, familia, buena salud … lo tenía todo, al menos eso parecía, pero no era feliz. Apenas le conocí, ví en él una tristeza que se esforzaba por disimular, era como si cada vez que se le ofrecía un nuevo reto, una ilusión, retrocediera, escapando de la posibilidad de vivir esa nueva experiencia.

¿Qué le estaba pasando? ¿A qué tenía miedo? Por una razón u otra, este hombre tenía miedo a vivir, miedo a sentir, a participar de lo que la vida le ofrecía. Y tú ¿observas la vida desde tu ventana? ¿Dejas que personas y oportunidades pasen a tu lado sin hacer nada? ¿Has perdido la ilusión de vivir? ¿Te has rendido a luchar por tus sueños?.

El miedo es una emoción básica que nos acompaña toda la vida, el miedo tiene doble vertiente, en su justa medida y situación, nos protege y evita que nos causemos daño innecesario, todos sentimos miedo cuando estamos cerca de un precipicio y nos apartamos, también evitamos conducir demasiado deprisa en una carreta de montaña helada y llena de curvas. No es de este miedo del que hablaremos ahora, es del miedo paralizante que empaña nuestra visión de la vida y nos impide alcanzar nuestros sueños.

Hay multitud de miedos, podríamos clasificarlos en miedo a la pérdida, miedo al ataque y miedo al descontrol (a la locura). El miedo puede surgir ante algo real, generalmente más fácil de vencer, entre estos estarían fobias diversas (a animales, situaciones, objetos …), incluso la llamada fobia social. Más difíciles de tratar son los miedos difusos o concretos, que aparecen en nuestra mente ante situaciones reales o imaginadas, como resultado de nuestras propias proyecciones e inseguridades.

Ese miedo nos bloquea e impide avanzar, atenaza nuestro cuerpo y oscurece nuestra mente, sumiéndonos en una nube de angustia que nos impide trabajar para lograr nuestros objetivos, por miedo no aceptamos ese trabajo que nos gustaría, por miedo no emprendemos el negocio que nos ilusiona, por miedo perdemos a la persona amada, por miedo no nos damos la oportunidad de vivir como nos gustaría. Recuerda que vivir con miedo es vivir a medias.

¿Se puede vencer al miedo? Sin duda, las investigaciones en psicología, han demostrado que la seguridad personal y una sana autoestima, es el mejor modo de domarlo y restringirlo a su debido lugar, para ello se requiere valor y decisión. Las raíces del miedo se encuentran en un apego inseguro, en problemas de autoestima, en traumas pasados…múltiples razones, que en cada caso, han ido condicionando a la persona sin apenas darse cuenta.

Empecemos por un examen personal, mira dentro de ti mismo, sin miedo, y repasa cuáles son tus valores, tus prioridades. Podrían ser el amor, el respeto, la felicidad, el equilibrio o tal vez el dinero, el poder, el prestigio, la belleza… ¿estás dispuesto a revisar tus valores? Tal vez descubras que lo que haces dista mucho de lo que quieres. La felicidad depende en gran parte del equilibrio entre lo que deseas y lo que consigues, pongamos un ejemplo: si para ti es importante conocer mundo, descubrir otras culturas… pero tienes miedo a volar, indudablemente te privarás de conocer muchos lugares a los que es difícil acceder de otro modo, ¿no crees que deberías superar tu fobia a volar y empezar a disfrutar de lo que te gusta?.

Para vencer el miedo, hay que ser valiente, porque solo podemos vencer algo a lo que nos enfrentamos, la evitación hará que vayamos perdiendo seguridad, eficacia, aumentando la angustia y alimentando al propio miedo. Tenemos que mirarlo de frente, escucha tu lenguaje interior, responde a esos mensajes paralizantes con otros más adecuados, acostúmbrate a hacerlo, cuando tu voz interior te diga:” no puedes…”, respóndele con “lo voy a lograr” “puedo hacerlo” “quiero hacerlo”.

El deseo es el motor que hará que te muevas en la dirección elegida, que vayas hacía tus metas. Cuando deseamos algo fervientemente, luchamos por lograrlo, sin importar cuanto cueste, ni el tiempo que nos ocupe.

A veces necesitaremos ayuda, tal vez un buen amigo en quien confiamos pueda servirnos de espejo y devolvernos una imagen de nosotros mismos que aún no hemos descubierto, en algunas ocasiones se requiere ayuda profesional para vencer un trauma o miedo concreto que nos impide progresar. Lo mismo es cierto con la autoestima y la asertividad, en la medida que las tengas, ganarás en seguridad y confianza para enfrentarte a los retos que desees.


Si estás dispuesto a vivir, podrás luchar por tu vocación, por tu familia, encontrarás un amor que te llene, trabajarás para conseguir aquello con lo que soñaste … pero para ello tendrás que arriesgarte, abandonar el miedo, asomarte a la vida, sentir y disfrutar lo que la vida te ofrece, no te pares quien no arriesga, no pierde, pero tampoco gana.

“Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen”. José Ortega y Gasset

jueves, 28 de noviembre de 2013

INTELIGENCIA EMOCIONAL, EMPATÍA – Mejorando las relaciones interpersonales

Esperaba la entrega de equipos importantes para un seminario, era el día prometido y a las 09.00 h. de la mañana recibí la llamada anunciando la entrega, debía desplazarme a otro lugar para permitir la entrada … tras una larga espera y muchas llamadas sin éxito, la entrega se realizó a las 15.00 h. de ese día. Sentimientos de frustración, rabia, impotencia y una gran pérdida de tiempo me acompañaron todo el día.

¿Te ha ocurrido alguna vez algo parecido? Seguro que sí, desde el amigo que reiteradamente llega tarde a las citas, al repartidor, el personal de reparaciones, el compañero de trabajo desconsiderado, el jefe exigente … la falta de puntualidad, el incumplimiento de los compromisos, la exigencia y la presión desmedida, se extiende en todos los sectores de la sociedad.
 
¿Qué mensaje recibimos ante estas situaciones? ¿Qué se esconde tras esta aptitud? El más importante es, el de una evidente falta de respeto y consideración hacía el otro, no siempre deliberada, pero no por ello sin efectos.

A mediados de los años 90, Daniel Goleman publicó un libro sobre la Inteligencia Emocional, poniendo de manifiesto un tipo de inteligencia distinta a la tradicional, (académica, lógica, racional). En esta inteligencia entraban en juego emociones, tanto propias como ajenas. Pronto todo el mundo empezó a hablar de ello, de qué significaba ser inteligente emocionalmente hablando, de cómo hacerlo y qué podía aportarnos.

Empezaremos definiendo lo que se entiende por Inteligencia Emocional, podemos decir que es La capacidad que tenemos los seres humanos para relacionarnos con nuestro entorno, controlando las emociones, comunicándonos de forma asertiva y proyectando una actitud optimista ante la vida. En definitiva, la capacidad de adaptarse al entorno social, cultural, laboral, económico y psicológico.

Los componentes principales de la Inteligencia Emocional según Goleman son:

Autoconocimiento (conciencia de uno mismo): conocimiento de nuestras propias emociones y cómo nos afectan, cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles. Se trata de conocer el modo en que nuestro estado de ánimo influye en nuestro comportamiento.

Autocontrol (autorregulación): el autocontrol nos permite nos dejarnos llevar por los sentimientos del momento. En una crisis saber reconocer qué es pasajero y qué perdura.

Automotivación: dirigir las emociones hacia un objetivo, fijarnos en las metas en lugar de en los obstáculos. Se requiere cierta dosis de optimismo e iniciativa, para ser emprendedores y actuar de forma positiva ante los contratiempos.

Reconocimiento de las emociones ajenas (Empatía): saber interpretar las señales que emiten los demás, incluso de forma inconsciente. Ponernos en su lugar.

Relaciones interpersonales (habilidades sociales): una buena relación con los demás es vital en nuestras vidas y trabajos. Saber tratar, no solo a nuestros familiares y amigos, también a nuestros jefes, subordinados, incluso a los que consideramos enemigos.

Es preciso primero mirar hacia nosotros mismos, conocernos para poder luego controlarnos, según el momento necesitarás aplicar más de esto o aquello y controlar tus sentimientos para que sean adecuados a la situación. Además es necesario motivarse, tener iniciativa y mantener una actitud positiva pese a los contratiempos.

En mi opinión, la empatía es la más importante de todos los componentes de la inteligencia emocional, ¿qué es la empatía? La empatía no es simpatía, conozco gente muy simpática y muy poco empática. La empatía es la capacidad de una persona para conectar con otra y responder adecuadamente a sus necesidades, es compartir sentimientos, ponerse en el lugar del otro sin perder su identidad. Meterse en sus zapatos. La empatía es fundamental en la comunicación y lubrica las relaciones humanas, evitando roces.

La Inteligencia Emocional, puede desarrollarse, aunque algunas personas de manera natural tienen ciertas aptitudes que contribuyen a sus buenas relaciones con otros, todos podemos aprender, tenemos mucho que ganar en ello.

 
La próxima vez que tengas que hacer algo por otros, cumplir un compromiso … piensa en qué querrías tú si estuvieras en esa situación, en cómo te sentirías tú en su lugar y tras pensar en ello, decide qué hacer, pon la empatía a trabajar, te irá mejor a ti e influirás positivamente en otros.

Es cierto que la Inteligencia Emocional no es una varita mágica, que garantice más éxito, mayores beneficios y rendimiento más saludable. Las relaciones entre personas son complejas y nada por si solo puede arreglar los problemas. Pero lo que sí es verdad, es que si se ignora el ingrediente humano, nada funcionará tan bien como debería. 

 
“No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”. Antoine de Saint Exupery (El Principito)

sábado, 12 de octubre de 2013

MUJERES, ESPOSAS, MADRES – El cerebro femenino

"Creo que es más atrevido el comportamiento de las mujeres, las mujeres son camaleónicas, verdaderas artistas de las emociones y además una cosa es lo que dicen, otra lo que aparentan y otra lo que son, como cuando les preguntas los años que tienen. Las mujeres son guerreras, luchadoras, me parecen más inteligentes y más peligrosas, para lo bueno o para lo malo, y no hay situación que no controlen.”. Esta es la opinión de una mujer cuando le preguntaba en qué crees que se diferencian hombres y mujeres.

¿Son tan complicadas las mujeres como dicen los hombres? ¿Es verdad que las mujeres son más sensibles que los hombres? ¿Más luchadoras? ¿Más inteligentes? ¿Tienen menor capacidad para las ciencias las mujeres? Estas y otras preguntas inundan nuestras conversaciones y han llevado a la comunidad científica a realizar estudios que den respuestas.

La ciencia muestra que son distintas de los hombres. Por ejemplo: el impacto del estrés no es el mismo en las conductas de hombres y de mujeres. También el espacio que ocupan las relaciones sexuales en el cerebro de ambos es distinto. El manejo de las emociones también resulta diferente en la mujer y el hombre. En contra de lo que creíamos, la ciencia nos sugiere que el cerebro tiene sexo.

Es importante recordar, que todos tenemos desde la concepción y hasta las ocho semanas de vida fetal, circuitos cerebrales femeninos, no es hasta después de la octava semana de vida fetal cuando los pequeños testículos del feto masculino, comienzan a producir grandes cantidades de testosterona, impregnando los circuitos cerebrales y transformándolos en masculinos. Cuando nacemos, estamos plenamente diferenciados, tenemos circuitos masculinos o femeninos. El cerebro femenino no se ha visto expuesto a esa gran cantidad de testosterona, lo que ha hecho que algunas zonas sean más grandes y otras más pequeñas.

Veamos las áreas del cerebro donde hay mayor diferencia con respecto al hombre:
 
Córtex Prefrontal (CPF). Es el director ejecutivo del cerebro, controla las emociones, sopesa la información y refrena los impulsos. Es más grande en las mujeres que en los hombres y madura en las mujeres uno o dos años antes.

Hipocampo. La memoria de elefante, nos hace recordar detalles, situaciones, encuentros románticos. Mayor y más activo en las mujeres.

Ínsula. Lugar donde se procesan los sentimientos viscerales. Mayor y más activo en las mujeres.

Amígdala.
Núcleo de los instintos más básicos y primarios, verdadera bestia interior, a quien sólo frena el CPF. Resulta mayor en el hombre.

Córtex cingulado anterior (CCA). Sopesa las opciones, toma de decisiones, centro de preocupaciones menores. Es mayor en la mujer.

Con respecto a las hormonas, el estrógeno es el rey compartiendo protagonismo, aunque en segundo plano a la progesterona. Otras hormonas como la oxitocina, el cortisol y la poderosa testosterona también tienen papeles importantes en diferentes momentos de la vida femenina.

Las diferencias son evidentes entre ambos géneros si nos basamos en la fisiología de cada uno de los cerebros masculino o femenino, pero si nos centramos en los aspectos emocionales también encontramos diferencias básicas que pueden deberse a múltiples factores, desde la genética, a la educación recibida, se trata de una realidad que debemos aceptar, no tratamos de la misma manera a niños que a niñas, a pesar de estar en el siglo XXI. La educación y la cultura siguen mostrando una diferencia de género.

Estas diferencias las podemos ver en múltiples aspectos de la vida, desde las diferencias en el hogar, en el mundo profesional, a la manera de ver y vivir la vida en aspectos generales. Una de las diferencias que seguro has podido percibir en tu entorno, es la facilidad con que las mujeres comparten sus intimidades con su grupo de amigas, hablan de sentimientos e incluso pueden quedar simplemente para hablar y apoyarse. En el caso de los hombres, pueden hablar de cualquier otro tema, ya sea política, deporte, finanzas… pero no suelen hablar de sus sentimientos e intimidades, incluso cuando están pasando por un mal momento.

Es bastante frecuente que las mujeres se quejen de los olvidos de los hombres, no se acordaron de su aniversario u olvidaron que hoy era su cumpleaños. Haz la prueba, pregunta a tu marido si recuerda qué ropa llevabas puesta en vuestra primera cita, salvo excepciones, lo más probable es que no lo recuerde. ¿Y tú? Seguro que recuerdas hasta pequeños detalles de ese encuentro.

Las mujeres son más empáticas, para ellas es más fácil reconocer las emociones en los rostros que tienen enfrente, replicando y empatizando con esas emociones. Esto les da ventaja en el trato con otros. Para la mayoría de las mujeres resultan muy importantes las relaciones sociales, algo que se manifiesta desde la adolescencia en la que las chicas ocupan muchas horas de su tiempo en contactar con sus amigas, largas conversaciones telefónicas, decenas de mensajes etc.

Y también las mujeres se preocupan más que los hombres, tienden a percibir el riesgo, los problemas antes y en mayor intensidad que los hombres. Necesitan controlar más las situaciones, incluso pequeños detalles. Como resultado, hay más mujeres que padecen depresión y ansiedad.

El psiquiatra más polémico de Estados Unidos Daniel G. Amen, explica que identificamos al menos cinco vías por las que el cerebro femenino tiene más capacidad que el del hombre: intuición, empatía, autocontrol, niveles apropiados de ansiedad y colaboración". Tras el estudio de más de 46.000 escáneres cerebrales en los que se comparó el cerebro masculino y femenino identificaron que "el cerebro femenino está activo alrededor de un 90 por ciento frente al masculino que lo está un 9". Amen reconoce que le asombraron lo diferentes que son los cerebros de la mujer y el hombre.

Similitudes y diferencias, convergencias y divergencias. Condenados a entendernos y relacionarnos desde que nacemos. Por tanto, saquemos el mejor partido a las diferencias, sumemos las aptitudes y destrezas de hombres y mujeres, respetemos las peculiaridades, al fin y al cabo nuestros cerebros marcan las diferencias y no siempre podemos variar la tendencia natural.

"La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?". Sigmund Freud

 

lunes, 2 de septiembre de 2013

TALLER: CONTROL DE ESTRÉS PARA UN EQUILIBRIO EMOCIONAL

Hoy en día vivimos muy deprisa, vamos de un lado a otro, ocupándonos de mil cosas a la vez. Además la falta de tiempo, los problemas en el trabajo, la familia… hacen que muchos experimenten ansiedad y angustia. 

PRESENTACIÓN

El estrés es una respuesta del organismo ante ciertos estímulos (estresores) que influye en el rendimiento, la salud y la calidad de vida de las personas. El estrés puede ser positivo y estimulante, pero en muchas ocasiones resulta perjudicial, deteriorando el rendimiento personal y provocando un gran malestar físico y psicológico y aumentando el riesgo de enfermedades graves. Aprender a controlar el estrés, evitará o reducirá sus efectos adversos y permitirá aprovechar sus ventajas.

OBJETIVO

Conocer qué es el estrés, causas y síntomas del mismo y aprender técnicas y habilidades psicológicas eficaces para hacer frente a situaciones de estrés.

¿A QUIÉN VA DIRIGIDO?

Este taller va dirigido a todas las personas que tienen estrés y que deseen tratarlo mediante técnicas psicológicas. También a los que por actividades profesionales u ocupaciones (profesionales de la enseñanza, de la salud, directivos y empresarios, etc.) les pueda ser útil el contenido del taller.

PROGRAMA

1. Concepto de estrés
Definición de estrés | Tipos de estrés y grados | Otros problemas relacionados

2. Causas y consecuencias del estrés
Principales causas de estrés | Síntomas de estrés | Evaluación del estrés | ¿Por qué sucede? | Consecuencias del estrés | ¿A qué tipo de personas afecta más? | Casos clínicos | Acoso psicológico laboral o social (mobbing)
 
Descanso y refrigerio

3. Estrategias para prevenir y vencer el estrés
Recomendaciones para prevenir el estrés | Técnicas para el control del estrés | Entrenamiento en técnicas de respiración y relajación.

INFORMACIÓN GENERAL

Duración: 3,5 h. – 21 de Septiembre 2013, de 10,00 a 13,30 h.
Dónde: C/ General Arrando, 42, 4º A derecha – MADRID – (contactar al 600319134 para reserva)
Precio: 45,00 €
Imparte: Gloria Martínez Ayala – Psicóloga colegiada nº M-23641

domingo, 1 de septiembre de 2013

TALLER: INTELIGENCIA EMOCIONAL Y HABILIDADES SOCIALES

No basta con ser inteligente académicamente hablando, ser diestro con los números, las letras o las ciencias, cada vez se da mayor importancia al peso de las emociones para poder tener una vida equilibrada y feliz. Asimismo, el medio en el que nos movemos, somos seres sociales integrados en colectivos diversos, hace preciso contar con una serie de habilidades sociales y de comunicación.


OBJETIVO

Conocer qué es la Inteligencia Emocional y cómo influye en diversos ámbitos de la vida. Reconocer la importancia de la autoestima y asertividad viendo cómo mejorarla, ejemplos y ejercicios prácticos.

A QUIEN VA DIRIGIDO

A todo aquel que quiera familiarizarse con estos aspectos o que piense que de algún modo debe desarrollar su Inteligencia Emocional y/o mejorar en sus habilidades sociales.

PROGRAMA

Inteligencia Emocional

¿Qué es la inteligencia Emocional? |Componentes de la Inteligencia Emocional | Programa de Entrenamiento | Las expresiones emocionales y la interacción social | La inteligencia emocional en el trabajo.

Autoestima y Asertividad

¿Qué es la Autoestima y para que la necesitamos? | Cómo se forma la autoestima | Factores en el desarrollo de la autoestima | Asertividad, qué implica |Técnicas asertivas |Identificando conductas asertivas vs pasivas o agresivas | Trabajando la autoestima y la asertividad | Ejercicios prácticos.


INFORMACIÓN GENERAL
Duración: 3,5 h. – 28 de Septiembre 2013, de 10,00 a 13,30 h.
Dónde: C/ General Arrando, 42, 4º A derecha – MADRID – (contactar al 600319134 para reserva)
Precio: 45,00 €

Imparte: Gloria Martínez Ayala – Psicóloga colegiada nº M-23641

 

domingo, 28 de julio de 2013

LAS EDADES DEL HOMBRE – El cerebro masculino.



Hace unos días conversaba con una amiga y me decía: “Las mujeres, habitualmente, damos una, dos, tres …lecturas a las situaciones. El hombre, todos tiene un común denominador, no es que todos sean iguales, pero en determinadas situaciones reaccionan igual. La parte sexual les mueve en la misma dirección y por muy culto, moderno o antiguo, que sea, a todos les gusta lo mismo y reaccionan igual. Además ellos siempre quieren ser el número uno en todo, eso no podemos olvidarlo, tenemos que satisfacer su ego. La mujeres sentimos de modo diferente”.

Frases como estas las habréis oído o incluso dicho vosotros en algún momento, especialmente si sois mujeres. ¿Qué es lo que ocurre? ¿Por qué hombres y mujeres reaccionamos de distinto modo ante la misma situación? ¿Qué hace que a veces seamos tan diferentes?

Lo cierto es que el cerebro masculino y femenino se parecen más que se diferencian y no hay diferencias intelectuales entre hombres y mujeres, no obstante hay algunas diferencias biológicas y hormonales, que marcan la forma de comportarse de unos y otros. Al principio del desarrollo en el útero materno, todos los humanos somos hembras, y no es hasta las 8 semanas de vida, que se empieza a producir testosterona convirtiendo al embrión en masculino.

La neuróloga Louann Brizendine, menciona en su libro sobre el cerebro masculino, las áreas cerebrales donde las diferencias son más marcadas:

Área Preoptica Medial (APM). Está situada en el hipotálamo, es la región del impulso sexual, siendo 2,5 mayor en el hombre.

Unión Témporo-Parietal (UTP). Es el centro de la “empatía cognitiva”, la zona donde se buscan soluciones. Es más activa en el hombre que en la mujer.

Sistema Neuronal Especular (SNE). Es el sistema de “empatía emocional”, conecta con las emociones de los otros mediante la interpretación de tono de voz, la lectura de las expresiones faciales, etc. Es más amplio y activo en el cerebro femenino.

Núcleo Premamilar Dorsal (NPD). Se encuentra en la parte interna del hipotálamo. Es la zona encargada de la defensa del territorio, la agresividad y el miedo, muy característicos del varón. Contiene circuitos para detectar desafíos territoriales de otros hombres. Esta zona es más grande en el cerebro masculino.

Cortex Prefrontal (CPF). Es el director ejecutivo del cerebro, se centra en el tema que ahora le ocupa, sopesa toda la información y actúa como sistema de inhibición, refrenando los impulsos. Es más grande en las mujeres que en los hombres y también madura en las mujeres uno o dos años antes.


Respecto a la influencia de las hormonas, es la testosterona, el Rey de las hormonas masculinas. La testosterona se mantiene alta en el niño durante los primeros 12 meses de vida, descendiendo luego hasta la pubertad (9-15 años) en la que se multiplican por 20.

En la pubertad, los altos niveles de testosterona marcarán su conducta drásticamente: un gran impulso sexual, mayor agresividad, establecimiento de jerarquías, un deseo de independencia, son algunas manifestaciones del proceso de cambio y maduración que se está produciendo en su cerebro.

Con la madurez sexual y física, la testosterona sigue siendo alta e influye en la necesidad de éxito social y en la búsqueda activa de una pareja.

El cerebro del padre, que está esperando un hijo, experimenta una serie de cambios, descendiendo sus niveles de testosterona y aumentando la prolactina, permitiendo un mayor acercamiento emocional hacia su hijo. Estos cambios se mantienen por lo general hasta que el niño comienza a andar, cuando recupera sus niveles previos hormonales.

Entre los 50 y 60 años la testosterona comienza su declive y baja entre un tercio y la mitad de lo que había sido en la juventud. Aumentan los niveles de otras hormonas como la oxitocina y los estrógenos (típicas de la mujer), que en la práctica hacen, que el hombre sea más afectuoso y más empático.

La masculinidad se manifiesta temprano, en los juguetes y tipo de juegos que eligen los niños, en movimientos más bruscos, mayor actividad física, en la conducta exploratoria y el establecimiento de jerarquías. A través de los años influirá en su forma de entender el mundo, de resolver conflictos, en sus objetivos e intereses.

Y ¿qué decir del cerebro de las partes bajas? La excitación sexual empieza en el cerebro con imágenes y pensamientos eróticos, reforzándose con el contacto físico. Los hombres son muy visuales. Cuando el hombre se excita, el cortex visual envía un mensaje al hipotálamo para poner en marcha las hormonas y circuitos nerviosos que controlan la erección. Aunque el pene tiene voluntad propia y puede activarse sin recibir una orden concreta del cerebro, esta activación es diferente a la verdadera excitación sexual, porque procede de señales inconscientes del cerebro y la medula espinal y no del deseo consciente de tener relaciones sexuales.

A muchos hombres les preocupa su rendimiento sexual y tienen altas expectativas respecto a él, sintiéndose frustrados cuando no obtienen lo que esperaban, afectándoles en su ego. Pudiera deberse a un problema de falta de control, a expectativas poco realistas, tópicos o algún problema psicológico, depresión o ansiedad.

Una queja común entre las muchas mujeres, es que los hombres se quedan dormidos después del sexo, ¿les falta sensibilidad a los hombres? No necesariamente, la responsable sería la hormona oxitocina, que promueve las sensaciones placenteras, y que en el hombre, al ser liberada en el hipotálamo, activa la somnolencia. Curiosamente, en la mujer la oxitocina junto a la dopamina produce el deseo de abrazar y hablar.

Iguales pero distintos, parecidos pero dispares. La clave para el entendimiento mutuo, está en conocer las diferencias y respetarlas, al fin y al cabo estamos obligados a convivir hombres y mujeres en nuestro día a día. Tenemos que tratar con personas del otro sexo en nuestros trabajos, familias, parejas y cualquier acto social que realicemos. La próxima vez que te sorprenda tu pareja, que no entiendas a tu jefe, piensa que tal vez son sus hormonas y circuitos cerebrales quienes están al mando, haciendo que diga lo que dice y haga lo hace.

 “Mi cerebro es mi segundo órgano favorito”. Woody Allen.

 

lunes, 8 de julio de 2013

LOS PSICÓPATAS ESTÁN ENTRE NOSOTROS, PROTÉGETE DE ELLOS

Viven entre nosotros, los conoces, puede ser tu jefe, tu cuñada, el peluquero, la dueña de la librería de la esquina, el Director del Banco … Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) se estima que el 1-2% de la población es psicópata, otras estimaciones dicen que incluso llegarían al 6 %. La proporción se dispara en algunos sectores, un estudio elaborado por un grupo independiente de psicólogos para el instituto estadounidense de estudios financieros CFA, afirma que el 10% de los 171.300 empleados que trabajan en Wall Street tiene rasgos psicopáticos.
 
Desde maltratadores domésticos a defraudadores financieros, pasando por “tiburones” de los negocios, directivos despiadados… encontramos psicópatas en todos los estratos de la vida y de la sociedad. ¿Qué tienen en común todos ellos? ¿Cómo distinguir a un psicópata? ¿Son en realidad tan peligrosos?
 
Son astutos, atractivos, espontáneos y desinhibidos respecto a las normas, grandes seductores. ¿Te has cruzado con alguno? Seguro que sí, pero tras esa atrayente apariencia, se esconden verdaderos depredadores emocionales y sociales, crueles y despiadados.
 
Tienen un egocentrismo desmedido, esto implica que el psicópata trabaja siempre para sí mismo, por lo que cuando da, está manipulando o esperando recuperar esa inversión en el futuro. Resultan incapaces de mostrar empatía, son impulsivos, sin escrúpulos, ni remordimientos. Tienen una gran capacidad de captar las necesidades de otros y utilizar esa información en su propio beneficio. Lo que les define fundamentalmente es la falta de emocionabilidad,  la incapacidad de reaccionar apropiadamente a situaciones que producen reacciones emocionales en otras personas normales, aunque pueden “fingir” emociones para su propio interés e interpretan diferentes personajes y papeles para conseguir sus fines.
 
Una personalidad psicopática no se restringe al asesino en serie tantas veces reflejado en las películas. Un psicópata puede ser una persona, de apariencia impecable, simpática y de aspecto sensato, que sin embargo, no duda en cometer un delito cuando le conviene y lo hace sin sentir remordimiento por ello. La mayoría no cometen delitos legales, pero mienten, engañan y manipulan a las personas y situaciones para lograr sus objetivos. En las empresas, los psicópatas “trepan” y alcanzan rápidamente posiciones de poder, desde las que explotan a la empresa y trabajadores en beneficio propio.
 
¿Cómo puedes protegerte de ellos? ¿Qué hacer para identificarlos? No resulta fácil, porque como decíamos antes, la mayoría no son asesinos sangrientos y suelen pasar desapercibidos, ocultos tras vidas aparentemente normales. Es en las cárceles, empresas y en las altas esferas financieras y políticas donde es más fácil reconocerlos. La mayor parte de los escándalos políticos y financieros de los últimos tiempos en nuestro país, han sido realizados por individuos con características psicopáticas, curiosamente, estos personajes pasaron desapercibidos durante años e incluso fueron considerados modelos sociales a los que imitar.
 
 A nivel diagnóstico Cleckey estableció criterios para reconocer a los psicópatas, pero de modo práctico, vamos a recoger algunas de las características más significativas para poder distinguirlos, según Iñaki Piñuel serían:
 
  • La capacidad superficial del encanto. Tienen labia y facilidad de palabra, aunque habitualmente mienten.
  • Su estilo de vida parasitario. Se aprovechan de los logros de los demás trabajadores.
  • El sentido grandioso pero irreal de los propios méritos. Tienden a maximizar cualquiera de sus logros.
  • La capacidad de conectar con el poder. Buscan relacionarse con altos cargos, en su camino al poder.
  • La excelencia en el mentir. Siempre lo hacen, y lo hacen muy bien.
  • La incapacidad de sentirse responsables o culpables. Nunca sienten remordimientos y eso los hace muy peligrosos.
  • Son unos expertos manipuladores. Consiguen que los demás hagan lo que ellos quieren sin que lo adviertan.
  • Frialdad emocional. Saben dominar las situaciones de riesgo y no les tiembla el pulso.

Se han propuesto algunas explicaciones a la psicopatía, podría deberse a un desajuste bioquímico o a una baja actividad cortical y necesidad de estimulación. También, según algunos estudios utilizando un escáner PET (tomografía por emisión de positrones) que permite leer la actividad del cerebro ante ciertos estímulos. La zona del lóbulo prefrontral donde se localizan los estímulos sobre la empatía, en los psicópatas, se encuentra inactiva. Además, los psicópatas, muestran menos actividad en áreas del cerebro relacionadas con la evaluación de las emociones vinculadas a las expresiones faciales, particularmente a las que expresan temor, esto podría deberse, según otros estudios psiquiátricos a que tienen conexiones defectuosas entre la parte del cerebro que se ocupa de las emociones y la que maneja los impulsos y la toma de decisiones
 
¿Es el psicópata un enfermo? Hay bastante consenso en que el psicópata no debe considerarse un enfermo, sino un ser anormal con una estructura mental diferente a la del resto de la Sociedad e incapaz de adaptar su conducta a la normalidad.
 
¿Son culpables de sus delitos? En España se les considera imputables a todos los efectos, sin que la psicopatía sirva de atenuante de delito ante los tribunales, son capaces de distinguir entre el bien y el mal, lo que les hace responsables y con plena culpa.
 
Respecto a su posible rehabilitación, la psicopatía es incorregible, en algunos individuos, ciertos fármacos antipsicóticos podrían reducir su impulsividad, pero las terapias de rehabilitación convencionales basadas en la capacidad de empatizar con sus víctimas fracasan, y es sólo apelando al egoísmo del individuo, incorporando alguna conducta que les beneficie o les evite penas, que se puede lograr algún avance. 
 
Difíciles de reconocer y mucho más difíciles de evitar. Robert Hare, Doctor en Psicología de la University British Columbia en Canadá y experto en psicopatía los llama “Serpientes con Traje”.
 
Me sentí fascinada ante el culto, refinado, seductor y de modales exquisitos Hannibal Lecter, quien resultó un cínico, desequilibrado y mostruoso asesino. Nunca olvidaré el escalofrío que me produjo el Silencio de los Corderos. Las víctimas de los psicópatas nunca olvidarán la crueldad con les trataron. Evita estas “Serpientes con Traje”, estate atento a las señales y quítate de su camino mientras puedas.
 
“Cuanto mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros”. Cicerón.
 
  

martes, 11 de junio de 2013

DOBLES VIDAS - REALIDADES SIMULTÁNEAS

Lluís Serracant miembro de una influyente familia de la burguesía catalana, vive con su madre viuda, por el día ejerce de abogado y por la noche trabaja en un cabaret, como cantante transformista, tiene un novio anarquista con quien comparte ideas y emociones, ¿Te suena? se trata de la película Flor de Otoño ambientada en Barcelona en los años 20. Lluís lleva una doble vida.

¿Qué entendemos por llevar un doble vida, ¿Qué hace que alguien lleve una doble vida? ¿Qué secuelas puede producir? Aunque en algunos casos podría existir algún problema psiquiátrico, como el Trastorno Disociativo de Identidad (personalidad múltiple) no vamos a hablar hoy de ese problema, poco frecuente, aunque conocido por la fascinación que supone a directores de cine y escritores.

Llevar una doble vida es tener alguna relación, actividad o hábito que discurre de forma paralela a la vida cotidiana, sin embargo sólo una de las vidas es pública, la otra es cuidadosamente ocultada para los demás, incluso para la familia y amigos íntimos. Conlleva por tanto ocultación, se ha de construir una vida entera, desde la mentira. Para estas personas, es vital manejar cada detalle, recordar la información exacta, evitar contradecirse y no dejar ningún cabo suelto para evitar ser descubiertos. Esta situación les puede producir un estado mental de angustia, paranoia, de permanente persecución, en algunos casos el conflicto interno les lleva a somatizar dicha angustia y enfermar.

Hay varias causas que podrían causarla, en algunos casos se trata de indefinición respecto a la propia identidad ¿Quién soy? ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿Dónde quiero estar? …objetivos, otras veces aún teniendo claros los objetivos vitales y la propia identidad, estos chocan de pleno con la moral establecida, las normas sociales, las demandas familiares u otros prejuicios externos.

En general las personas que llevan una doble vida, tienen poca tolerancia a la frustración, desean lo mejor de ambos mundos, no son capaces de elegir, no quieren perder las ventajas de cada una de las realidades simultáneas en las que viven, también muchos de ellos tienen problemas para el control de sus impulsos.

Algunos casos de dobles vidas serían producidos por:

La homosexualidad o bisexualidad, aún en estos tiempos, muchas personas con estas tendencias sexuales, se ven obligadas a tener un matrimonio de conveniencia o a mantener una relación socialmente aceptable.

Adicciones (alcohol y drogas), las personas con adicciones de este tipo, podrían parecer que controlan al principio su situación, llegando a un punto en que están tan atrapados por la situación, que entran en una degradación de su vida y hábitos. Algunos caen en la prostitución, el tráfico de drogas y negocios ilegales para mantener su adicción.

El juego, del mismo modo que con otras adicciones, produce en un momento dado la pérdida del trabajo y recursos, muchos continúan fingiendo ante sus familias, aparentando continuar con su vida normal y trabajo, para evitar el rechazo.

Relaciones extramatrimoniales, esposa y madre ejemplar, que en el otro lado vive una relación paralela. Insatisfacción con su pareja pública, deseo de cambio, necesidad de reconocimiento, las razones pueden ser infinitas.

En el lado positivo, conocemos personas con vidas dobles, ambas reconocidas y públicas, como la campeona olímpica de lucha libre Maider Unda, que cuida de sus 300 ovejas latxas para producir quesos Idiazábal o muchos ciudadanos anónimos que compatibilizan trabajos comunes y rutinarios con actividades lúdicas, deportivas o de voluntariado, donde muestran todo su esplendor y desarrollan su potencial.

 “Ser o no Ser” el eterno dilema de Shakespeare. ¿Cuál es tú proyecto vital? ¿Quién eres? ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Qué te hace verdaderamente feliz?, estas preguntas y muchas otras deben ser respondidas de manera honesta por cada uno de nosotros, pararnos a pensar en qué estamos haciendo para ajustar nuestra vida a las respuestas.

 Encontrar las fuerzas y el momento para decidir EL TIPO DE VIDA QUE QUEREMOS LLEVAR. Esta debería ser una decisión individual, reflexiva, valiente, muchas veces dolorosa y sin el beneplácito de todos, pero vital e imprescindible para vivir con coherencia y lograr el deseado equilibrio y la esquiva felicidad, sin ella vagaremos entre dos mundos paralelos, perseguidos por los temores, remordimientos y agotados por el esfuerzo.

“La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante”. Paulo Coelho

domingo, 28 de abril de 2013

HABLANDO EN PÚBLICO DE MANERA EFICAZ


No podemos dejar de comunicar, hasta cuando callamos estamos comunicando, lo que decimos, cómo lo decimos, nuestros gestos, postura, la ropa que llevamos, la forma en que nos hemos arreglado, TODO transmite un mensaje a nuestro interlocutor o auditorio.

En un mundo cada vez más interconectado, resulta frecuente asistir a cursos, foros, congresos, reuniones de todo tipo, donde muchas veces escuchamos y unas pocas somos los encargados de transmitir la información.

No importa lo interesante que sea la información, si no es transmitida de la manera adecuada, se perderá por el camino, para que la comunicación sea efectiva, debe transmitirse con claridad y así será entendida por nuestros oyentes. ¿Has asistido a presentaciones de temas interesantísimos de los que apenas te has enterado? ¿Cuál era la razón? Puede deberse a muchas razones, vamos a repasar algunas de las cosas que hay que tener en cuenta cuando preparamos e impartimos una exposición para que sea eficaz.
 
  • Lo primero que debes hacer es preparar bien la información que quieres transmitir, tener claro lo que quieres decir, debes entender el concepto, es casi imposible transmitir adecuadamente algo que uno no entiende.
 
  • Examina tu actitud, ¿estás convencido de lo que vas a decir? ¿Te lo crees? Si así es, serás más convincente. Habla con entusiasmo y pasión, puedes conseguirlo jugando con tu voz para transmitir las ideas claves, variando el ritmo, el tono y enfatizando, acompañándolo de un lenguaje corporal en consonancia.
 
  • Utiliza palabras sencillas, evita palabras rebuscadas o excesivamente técnicas. Adapta tu forma de hablar al tipo de audiencia.
 
  • Economiza en las frases, intenta preparar frases cortas, con la menor cantidad de palabras posibles, es más fácil de recordar la información presentada en forma escueta.
 
  • Evita el uso de “muletillas” palabras como: eh, bueno, vale, si, no, verdad… que se repiten de manera constante, al final de cada frase o argumento. Cuando prepares la información anota palabras y frases de transición variadas, como: por tanto, de lo anterior se, en esa línea de pensamiento, además, como consecuencia de, sin embargo… que te permitan evitar esas muletillas. El uso de “muletillas” pueden demostrar poca preparación, nerviosismo, mala afluencia… y a veces, pueden irritar al auditorio o hacer que se fije más en las repeticiones que en el contenido del discurso.
 
  • Si se trata de una exposición sobre un tema concreto, divide la información en tres partes, una introducción que cree expectativas e invite a escuchar lo que vendrá después, un cuerpo en el que se desarrollan las ideas del tema en cuestión y una conclusión en la que se recuerdan brevemente los puntos más importantes, para fijarlos en la mente del público y se invita a la reflexión y/o a la toma de decisiones.
 
  • Enfatiza los puntos importantes, resalta las ideas principales. Puedes hacerlo de varias maneras: repitiendo algunas ideas o palabras claves, variando la velocidad de la voz, más deprisa o más despacio, creando antes de esa idea una pequeña pausa para captar la atención y haciendo esa declaración de una forma más pausada. Esto hará que el auditorio note el cambio de ritmo en tu discurso y escuche esa idea con más atención.
 
  • Cuida tu voz, aunque cada uno tenemos un timbre determinado, todos podemos modular nuestra voz, variar su velocidad y entonación, haciendo de nuestras presentaciones algo dinámico, agradable de escuchar y que transmite lo que queremos comunicar. Todos hemos sufrido en ocasiones por un orador monocorde, haciendo esfuerzos titánicos por no dormirnos o pensar en otras cosas; en el otro extremo, nos hemos agitado en nuestras butacas del nerviosismo que nos producían, oradores gritones o histriónicos. 
 
  • Utiliza los ademanes, (movimientos o gestos, generalmente de las manos y la cara) de una forma adecuada, ni muchos, ni pocos. Los más comunes son los enfáticos, movemos los brazos de arriba abajo, dando peso a lo que decimos. Los descriptivos, son gestos o movimientos que representan algo que decimos, señalamos en una u otra dirección, gestos de aprobación, victoria etc. Algunos oradores son estáticos, cual estatuas, mientras que otros, agitan brazos y cabeza de una forma exagerada, transmitiendo nerviosismo a sus oyentes.
 
  • Cuando tengas que hacer una presentación, hazte una autoevaluación, antes de presentarla, si puedes grábate o habla frente al espejo y mira tus expresiones, gestos, ademanes, tono de voz, lenguaje, entusiasmo. Te permitirá corregir lo que no veas correcto. Después de hacer la presentación, recuerda cómo la hiciste y vuelve a evaluarte. Es muy útil también, si tienes una persona de confianza, que practiques con ella y que luego escuche tu presentación, para que de forma sincera pueda detectar tus puntos fuertes y los que hay que mejorar, te servirá de retroalimentación.
 
  • Y sobre todo, no te desamines ante los errores cometidos, aprende de ellos, analiza sus posibles causas y las medidas qué puedes tomar para mejorar.
 
 
Lamentablemente, sólo unos pocos de manera natural, tienen las cualidades necesarias, que les permiten llegar a su interlocutor. Afortunadamente, el arte de hablar en público y comunicar eficazmente, se puede aprender, puedes mejorar mucho teniendo en cuenta las recomendaciones anteriores, tenlas en cuenta la próxima vez que hagas una presentación o participes en un foro o tertulia, seguro que te saldrá mejor.

“Aprendamos a decir la cosas con presteza, claramente, de forma sencilla y con una determinación serena: hablemos poco, pero con claridad; no digamos más que lo que es estrictamente necesario”. Émile Coué.

jueves, 28 de marzo de 2013

TODOS MENTIMOS - DETECTANDO MENTIRAS

Mentir, engañar, faltar a la verdad, ocultar datos, disfrazar las cosas … si entrar en el juicio moral o la consideración religiosa, respecto a lo reprobable o no de mentir, lo cierto es que todos mentimos, en mayor o menor medida y por distintas razones. No me refiero a los mentirosos compulsivos, también llamados mitómanos, hablo de personas normales, sin ningún trastorno de personalidad, de todas las edades y condición social.
 
Mentimos por diferentes causas: por deseabilidad social, consciente o inconscientemente deseamos presentar una imagen mejor de nosotros mismos y solemos ocultar lo que no nos favorece; en otras ocasiones mentimos para evitar males mayores, las llamadas mentiras piadosas, nos convencemos de que decir la verdad causaría más daño que evitarla; en otros casos una mentira nos supone una ventaja importante o nos evita un problema, sin aparentemente, causar daño a nadie. Recuerdo cuando era niña, que mi madre utiliza cocos o monstruos para convencerme de que debía irme a la cama, para que acabara mi comida o evitar que entrará en ciertas zonas que ella creía peligrosas.

En nuestro día a día, nos encontramos en situaciones en las que puede ser útil poder detectar si otros nos están mintiendo. A nivel científico, el método más conocido para detectar mentiras es el polígrafo, que consiste en un medio por el que se detectan ciertos cambios fisiológicos corporales, como el cambio en el ritmo cardiaco y la temperatura, aunque no se considera como prueba en los juicios, porque puede ser engañado por un mentiroso experto.
 
No siempre es fácil percibir cuando alguien está mintiendo, pero hay una serie de cosas que nos pueden ayudar a detectar mentiras:
 
Las expresiones faciales son determinantes. Ojos que no miran al interlocutor, como temiendo ser descubiertos. Emociones fingidas, mostrar una sonrisa, rabia o tristeza, cuya expresión resulta incompleta. En el caso de la sonrisa fingida, movemos labios y boca, manteniendo inmóviles otros músculos faciales de ojos y frente que SI intervienen en una sonrisa verdadera.
 
Gestos de manos y cuerpo. Cuando mentimos solemos taparnos la boca, tocárnosla o rascarnos la nariz. Algunas personas, muestran un excesivo movimiento de manos, se las frotan y apretan. La postura corporal también suele variar, nuestro cuerpo se pone rígido durante la mentira, para volver a relajarse, soltarse los hombros justo después de ella, cuando ya ha pasado el momento de tensión.
 
Incongruencia, entre lo que decimos y lo que nuestros gestos muestran, más del 70% de la comunicación es no verbal, podríamos estar diciendo que SI con la boca y nuestra cabeza moviéndose de izquierda a derecha, contradiciendo nuestras palabras.
 
La inflexión y el tono de la voz varía, generalmente bajamos la voz cuando decimos una mentira, luego nuestra voz vuelve a la normalidad. En algunos casos y cuando el mentiroso siente que le han descubierto o ha tenido tiempo de preparar la mentira, hace lo contrario, habla más alto de lo normal, para dar firmeza y convicción a sus palabras.
 
Tragar saliva, es otra muestra de nerviosismo, cuando mentimos lo hacemos de una manera más continua.
 
La forma de responder a las preguntas. Cuando nos sorprenden con una pregunta sencilla a la que no tenemos respuesta cierta, por ejemplo: ¿dónde estuviste anoche? solemos repetir la pregunta, o parte de ella, para ganar tiempo y pensar qué decir. 
 
El tiempo de latencia, cuánto tardamos en responder, generalmente respondemos más deprisa cuando decimos la verdad que cuando mentimos, aunque esto variará si se ha tenido tiempo de preparar la respuesta, una mentira planeada, en ese caso la respuesta es rápida y con más explicaciones. 
 
Dar demasiadas explicaciones, la mentira produce ansiedad, solemos dar largas explicaciones, justificaciones, queriendo demostrar nuestra inocencia a toda costa. 
 
Palabras que se usan. Los mentirosos evitan pronombres en primera persona como mi o mío, además usan más palabras sobre emociones negativas como triste, odio…y las expresiones son más exageradas, por ejemplo: dicen estupendamente en lugar de estupendo, te quiero muchísimo en lugar de te quiero.
 
Ante el peligro, a ser descubiertos, la amígdala (sistema límbico/emocional) da la orden al cerebro de refrigerar el cuerpo, la piel de la cara se vuelve más blanca al comprimirse los capilares y la frente se muestra sudorosa.
 
Científicos de Psicología Experimental de la Universidad de Granada han demostrado el llamado “efecto Pinocho”, cuando se miente, no crece la nariz, pero si cambia su temperatura, se eleva o disminuye, este efecto se ha comprobado mediante termografia, una técnica que mide la temperatura de los cuerpos.
 
Nuestra habilidad para detectar mentiras y nuestro conocimiento de la persona, de su modo habitual de comportarse y sus reacciones, serán una gran ayuda cuando nos enfrentemos a situaciones en las que creemos que nos están mintiendo. Lo que hagamos a partir de ese momento, será una decisión personal, en función de la importancia de la situación, de cómo somos... ¿Le haremos saber a nuestro interlocutor que le hemos pillado? ¿Miraremos para otro lado pensando que la situación no es tan importante? o ¿qué pese a todo nos interesa seguir “engañados”? ¿Pensaremos que tal vez las cosas no son lo que parecen y cambiaremos de tema?.
 
En algunas culturas, lo verdaderamente importante no es el hecho en sí mismo, sino la ocultación de la situación, algo así como decir: no importa que me robes, que hayas cometido una infracción, que seas infiel, que copies en los exámenes o cualquier otra cosa PERO NO ME ENGAÑES dímelo, no lo ocultes. ¿Es más grave la ocultación que la falta? ¿Quién tiene derecho a saberlo? ¿Cuál es el propósito de la confesión?.
 
“En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color, del cristal con que se mira» Ramón de Campoamor




 
 

 

sábado, 16 de febrero de 2013

EL DUELO – ENFRENTÁNDOSE A LA PÉRDIDA

Aún no había cumplido los veinte cuando mi abuela materna falleció, no tenía mucha relación con ella, era una mujer tímida, poco expresiva, de la que apenas recuerdo gestos tiernos hacia mí. Esa fue la primera vez que estuve en contacto con la muerte, por primera vez me sentí vulnerable, entonces no lloré, años después hablando con mi madre, se me saltaron las lagrimas al recordar su pérdida.

La pérdida de un ser querido, un familiar cercano o amigo es una de las experiencias más dolorosas a las que nos enfrentamos a lo largo de la vida, al proceso que sigue a la pérdida, lo llamamos duelo, también se produce duelo en un divorcio, separación, cuando alguien pierde su trabajo, al quedar inválido por un accidente y en otra serie de situaciones. Hoy nos centraremos en el duelo por pérdida de alguien amado.

El proceso de duelo, tiene consecuencias físicas y emocionales, como irritabilidad, ansiedad y alteraciones en el comportamiento (aislamiento social, somatizaciones). También aparecen de una forma intensa sentimientos de miedo, desolación y tristeza. El miedo es una emoción que experimentamos por ataque, pérdida o muerte. Cuando perdemos a un ser querido se mezclan estos miedos, produciendo un claro malestar.

El duelo es una etapa normal de adaptación, que conlleva un tiempo y no se considera patológico. Algunas fuentes establecen un periodo de entre 6 y 12 meses, aunque a veces, se podría prolongar varios años. En algunos casos, la intensidad de las manifestaciones y el largo periodo de tiempo del duelo hace que se convierta en  patológico, en España  los datos revelan que alrededor de un 16 por ciento de las personas que sufren la pérdida de un ser querido, sufren de un cuadro depresivo durante el año siguiente al fallecimiento, esta  cifra aumenta hasta alrededor  del 85 por ciento en la población mayor de 60 años. Además, alrededor de 5 de cada 100 personas, pueden experimentar alucinaciones e incluso sentimientos de culpa que se intensifican tras el periodo normal de adaptación a la pérdida.

En el tiempo que transcurra para superar la pérdida y lo agudo de sus manifestaciones, influirán varios factores relacionados con las circunstancias de la muerte (cómo se produjo, edad del fallecido) y las del doliente (edad, salud, recursos físicos e intelectuales, dependencia, relación con el fallecido).

El proceso consta de varias fases, que en situaciones normales, conducen  a la superación de la muerte del ser querido y a una progresiva adaptación a la nueva situación:

Negación y aislamiento (de pocas horas a una semana): la negación permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada e impresionante, permite tiempo para recobrarse.

Ira (varias semanas): se mezclan envidia y resentimiento, se buscan culpables, surgen todos los por qué. 

Pacto o negociación (unas pocas semanas): se intenta llegar a un acuerdo, aclarar ideas para intentar superar lo traumático de la vivencia.

Depresión
(de un mes a un año): Aquí se desarrollan sentimientos de tristeza, angustia o depresión, que se expresan a través del llanto, nostalgia, confusión y melancolía. Aparece el miedo, básicamente a la soledad y al desamparo.

Aceptación y recuperación (después del año): tras las etapas anteriores, empieza a sentirse cierta paz, se puede estar bien solo o acompañado, ya no se siente tanta necesidad de hablar del dolor de la pérdida, la vida se va imponiendo. Se acepta la pérdida, se produce una recuperación y reorganización de la persona, que recupera todas sus capacidades anteriores, en algunos casos sale incluso reforzado.

Hay algunas cosas que  puedes hacer y que te ayudarán a pasar por las fases del duelo y a superarlo:

Date permiso para estar mal, necesitado, vulnerable, aunque creas que es mejor no sentir el dolor  o evitarlo con distracciones, al final el dolor saldrá a la superficie. Este es el momento para sentir dolor, acéptalo, es natural, acepta que ahora estarás menos interesado en tus ocupaciones, menos atento, que durante un tiempo tu vida será diferente.

Abre tu corazón. Siente y expresa las emociones que surjan, no las pares. No te hagas el fuerte, no te guardes todo para ti,  con el tiempo el dolor irá cediendo. Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia, el miedo... por la perdida, es parte del camino que tienes que recorrer.

Busca y acepta la ayuda de otros. Sigue en contacto con los demás, no te aísles, necesitas su apoyo, su atención. Pídeles lo que necesitas, permite que tus familiares y amigos te acompañen, te ayuden. Es importante que tengas alguien de confianza con quien puedas hablar y expresar tus sentimientos, sensaciones, alguien que te escuche y anime.

Date tiempo para recuperarte. No te crees expectativas mágicas, prepárate para las recaídas, un suceso inesperado, aniversario, fiestas, volverán a traer a tu memoria recuerdos a los que tendrás que enfrentarte. Se paciente y amable contigo mismo. 

No tengas miedo a volverte loco. Vas a vivir sentimientos intensos de tristeza, rabia, abatimiento, culpa… deseos de morir...  se tratan de reacciones habituales después de la muerte de un ser querido, pasarán.

No descuides la salud. Después de los primeros días, intenta volver a tu rutina, hazte un horario, descansa, duerme lo suficiente, no abuses del alcohol, el tabaco o los ansiolíticos. Si tienes algún problema crónico de salud no descuides el tratamiento habitual. 

Intenta ser paciente con los demás. Algunos te dirán cómo debes sentirte, qué debes hacer, durante cuánto tiempo… te parecerá que algunos no comprenden por lo que estás pasando, seguramente será así, es complicado saber qué decir en esos momentos, aunque bien intencionados, no siempre transmitimos al doliente lo que debemos. 

Aplaza las decisiones importantes. Cambiarte de casa, de trabajo, emprender un negocio… En este momento, probablemente no podrás pensar con la debida claridad, sería más conveniente esperar hasta resolver la pérdida para tomar ese tipo de decisiones.

Recupera el interés por la vida. Aceptar el presente y el pasado es fundamental para poder proyectar el futuro. Las situaciones amargas, ayudan a valorar la vida, enseñan que la vida se puede escapar de entre las manos, por lo que es mejor aprovecharla al máximo y disfrutarla.

Confía en tus recursos para salir adelante. Piensa en situaciones difíciles que hayas vivido antes, recuerda cómo las resolviste, repítete que “saldrás adelante, que lo conseguirás, que ya lo hiciste antes”. 

La vida en su constante discurrir nos sorprenderá y sacudirá con la pérdida de personas amadas, familiares, amigos y  conocidos  por muerte u otras circunstancias, no podremos evitarlo, tendremos que enfrentarnos al dolor que significa y aprender a vivir con ello, con el tiempo, el dolor pasará y aquellos que fueron importantes para nosotros siempre ocuparan un lugar en nuestros corazones y su recuerdo nos acompañará en nuestra vida.

Vivir no es sólo existir,
Sino existir y crear,
Saber gozar y sufrir,
Y no dormir sin soñar.
Descansar, es empezar a morir

Gregorio Marañón

jueves, 10 de enero de 2013

¿POR QUÉ SOÑAMOS? ¿QUÉ SIGNIFICAN LOS SUEÑOS?

Nuestra vida transcurre en dos dimensiones, una despiertos y otra durmiendo, cuando no soportamos una de ellas, pasamos a la otra, es habitual despertarse de una pesadilla para escapar de un mal sueño, que no podíamos tolerar o desmayarnos y perder la consciencia ante una situación trágica que nos supera.

Mientras dormimos se producen muchos procesos que contribuyen al buen funcionamiento de nuestro cuerpo y cerebro, se ponen a punto sistemas neuronales, las células cerebrales se reparan e incluso se producen nuevas neuronas, sin embargo existen sistemas neurales diferentes para dormir y soñar.

¿Qué es soñar?
Es el resultado de una actividad cerebral que se produce mientras dormimos, se caracteriza por imágenes sensoriales y motoras que son vividas de una forma peculiar, son imposibles o muy improbables en el tiempo y el espacio, durante el sueño experimentamos estados emocionales de alegría, tristeza, miedo, asco, ira … que a veces, por su intensidad hacen que despertemos súbitamente. Solemos olvidarlos fácilmente, se evaporan en cuanto despertamos.

¿Por qué soñamos?
Según la teoría psicoanalítica al soñar buscamos el placer. Los bebes sueñan, si les observamos podemos ver que incluso sonríen y mueven los labios a modo de succión, seguramente sus sueños tienen que ver con su última comida, en la infancia los sueños son solo una réplica y anticipación de experiencias placenteras. A medida que vamos creciendo y nuestro catálogo de conductas y experiencias se va haciendo más extenso, aparecen normas que limitan y reprimen ciertas conductas, los sueños van cambiando. En los sueños no hay continuidad espacio/temporal, saltamos de un lugar a otro y pasamos por distintas edades de nuestras vidas en unos pocos minutos.

Interpretación de los sueños

Para los clásicos, los sueños eran revelaciones divinas o demoniacas que podían desvelar el futuro de la persona que soñaba, los reyes y poderosos tenían adivinadores que ponían significado a sus sueños.

Freud en su libro La Interpretación de los Sueños, consideró que el análisis de los sueños era el modo de acceder al inconsciente, según él los sueños tienen como función esencial la realización simbólica de los deseos reprimidos, en los sueños la represión es menor que en la vida cotidiana, aunque no está completamente ausente. El verdadero contenido se manifiesta de forma encubierta o simbólica, diferenciando entre el contenido manifiesto y el contenido latente. Desde el psicoanálisis se busca descifrar los mensajes del inconsciente mediante asociaciones, sin ninguna censura hasta que se tiene la sensación de haber encontrado el significado del sueño. Lo que aparece incongruente y sin sentido, mediante asociaciones y claves, puede desvelar algún deseo oculto a la conciencia por miedo o vergüenza. La diversidad de los sueños es infinita, no obstante existen ciertos sueños y elementos que se repiten en muchos de ellos, a continuación veremos algunos de los más comunes y su posible significado:

Soñar que vuelas, es símbolo de libertad, deseo de trascender, inspiración, una forma de conseguir los deseos, ya sea en el amor, en la vida, el trabajo, volar por encima de los obstáculos, también podría significar que tiene ganas de desaparecer de su realidad cotidiana, según otras interpretación, especialmente de Freud y sus discípulos representa la vida sexual.

Soñar que te caes, puede significar miedo a perder el respeto de otros o a perder el status social o profesional. Puede también significar problemas financieros o la pérdida del amor de alguien.

Soñar con una casa, generalmente la casa representa a la persona misma, con todos sus aspectos (habitaciones), las puertas representan nuevas oportunidades. Si se trata de una casa nueva, representa el futuro, lo que debería hacer.

Soñar con perderse, tiene que ver con sentirse perdido en la vida, echar de menos algo o que ha perdido algo importante, además pudiera representar inseguridad ante un nuevo camino que ha elegido recientemente.

Soñar con estar desnudo, puede representar el miedo que siente a que alguien averigüe algo de su vida que quiere esconder, también puede indicar que no se siente a la altura de un acontecimiento en su vida, o de su vida en general.

Soñar con agua, si el agua está tranquila puede indicar que tendrá buenos tiempos, que está en paz, serenidad, aceptación de uno mismo. Si el agua está revuelta o sucia, señala reconsiderar las decisiones, tener cautela.

Soñar con morirse o ver morir a alguien, simboliza cambios interiores, transformaciones, desarrollos que están pasando en su vida. Cuando sueña que otro muere puede significar que los sentimientos hacia esa persona han cambiado, que ha perdido la relación.

Hacer una interpretación exacta y exhaustiva de los sueños es una tarea que excede el límite de lo razonable y se presta a diversos criterios. Lo cierto es que los distintos métodos de interpretación que se emplean no son fiables, porque que no se produce un resultado único, dependerá del método empleado y del terapeuta que ayude a realizar la interpretación.

En casos puntuales, cuando el sueño se convierte en pesadilla y causa un gran malestar a la persona, el terapeuta puede intentar interpretarlo, para tratar el problema que subyace en el fondo.

En los sueños caminas por las nubes, vuelas contemplando el mundo desde arriba, corres veloz sin cansarte, paseas con tu actor favorito, construyes castillos en el aire...y ahora te despiertas y vuelves a tu vida real en la que muchos de tus deseos te están vetados.

“Los hombres despiertos no tienen más que un mundo, pero los hombres dormidos tienen cada uno su mundo”. Heráclito

Psicología para el día a día